Gracias a las características propias de la moto podemos disfrutar de un medio de transporte ágil, divertido, económico, más respetuoso con el medio ambiente… Pero nunca hay que olvidar nuestra fragilidad. Por eso los amigos de Continental nos han pasado una lista de consejos que nosotros compartimos al 100% y que creemos que siempre hay que tener en cuenta. Al fin y al cabo somos nosotros los que vamos encima de la moto, así que toda ayuda para ganar en seguridad siempre será bienvenida.
Neumáticos:
Siempre hacemos especial hincapié en los neumáticos, pero es que son la única parte de la moto que están en contacto con el suelo y, por tanto, son los máximos exponentes de nuestra seguridad. Debemos comprobar tanto su estado de desgaste como la presión de manera habitual y, también, asegurarnos que no se han endurecido. Además, en función de la zona donde vivamos, es aconsejable optar por diferentes tipos de neumáticos según la estación del año en la que nos encontremos.
Mantenimiento:
El mantenimiento general de la moto y llevarlo al día nos puede evitar tanto sustos como que la moto se averíe. Hay que prestar especial atención a frenos, suspensiones y el kit de arrastre (cadena o correa, piñón y corona) en lo que a la parte mecánica se refiere. Tampoco podemos pasar por alto posibles fugas y niveles de líquidos como el de frenos, el aceite y hasta el refrigerante. Y un punto vital es el de la iluminación. Que nos vean puede ser decisivo a la hora de evitar un accidente.

Equipación:
Aunque ya no es una parte del mantenimiento de la moto en sí, es muy importante para nuestra seguridad y además de ir bien equipado hay que revisar que este equipamiento siga estando en condiciones. Solemos prestarle más atención al casco, pero guantes, chaquetas, pantalones, botas, espalderas… Pierden efectividad si no están en perfectas condiciones, así que no hay que dejarlo de lado.
Con estos tres grandes puntos controlados nuestra seguridad aumentará, pero no podemos perder de vista el gran elemento que evita muchos accidentes: la prudencia. Mantener las distancias de seguridad con los vehículos que nos preceden, no zigzaguear entre el tráfico, no superar los límites de velocidad… Siempre harán que nuestra conducción sea mucho más segura.