Prueba Moto Morini Calibro: Introducción, posicionamiento y rivales
Fuimos invitados a los cuarteles generales de Moto Morini en Trivolzio, cerca de Pavia, en Italia. Allí, al igual que sus compañeras de gama, se ha diseñado en el Italian Style Centre de la marca la nueva Moto Morini Calibro (69 CV, 7.090 €), una custom de cilindrada media. Casi se puede decir de cilindrada media-alta, como cuando hablamos de clases sociales, porque la cilindrada de la Calibro asciende a casi 700 cc.
La intención de la marca ha sido “retomar el contacto con los motoristas amantes del segmento custom (…) Pretendemos conquistar un espacio en el mercado a través de los valores que nos distinguen: el estilo único de nuestro diseño, la fiabilidad y el equilibrio entre la parte ciclo y la mecánica, que garantiza un disfrute total del pilotaje”, en palabras de Alberto Monni, Director General de Moto Morini.
La nomenclatura Calibro no es casualidad, como no lo es el logo de las tapas laterales bajo el asiento, que muestra la mirilla de un arma de fuego, porque en Moto Morini han afinado mucho el tiro para triunfar en un segmento muy competido. Se da la circunstancia de que, aunque tenga 69 CV, es fácilmente limitable (a los 48 CV del A2) en cualquier concesionario Moto Morini.
Tan fácil como deslimitarla, es decir, por el precio de una A2 (la compres limitada o no), te llevas una moto que puede ser tu compañera por muchos años. Del mismo modo, después de muchos años, podría volver a limitarse para cumplir los sueños de un nuevo motociclista.
Pocas de sus rivales cuentan con posibilidad de ser limitadas por superar la barrera de los 48 CV, como son la Kawasaki Vulcan S (61 CV, 8.600 €) y la Mitt 808 Big Foot (56 CV, 9.295 €) que hace poco probó Teo Romera en estas páginas. El resto son también motos de menor o igual cilindrada, pero todas con 48 CV o menos. Entre ellas hay auténticas superventas: Honda CMX500 Rebel (46 CV, 7.050 €), Benelli 502 C (47,6 CV, 5.890 €), Royal Enfield Super Meteor 650 (47 CV, 7.247 €) y su hermana, la Royal Enfield Shotgun 650 (47 CV, 7.587 €).
El propósito de Moto Morini es que la Calibro aúne el diseño italiano sin perder la vista prestaciones, fiabilidad, facilidad de uso y una especial atención a la ergonomía, clave en la relación de una máquina con su piloto. La mirilla de Moto Morini apunta alto. Si sigues leyendo, descubrirás cómo va de puntería.
Prueba Moto Morini Calibro: Características técnicas de la Moto Morini Calibro
Exceptuando el uso de correa para la transmisión final en lugar de cadena, la ficha técnica de la Moto Morini Calibro es convencional. El motor es un bicilíndrico en línea DOHC de 693 cc que crece respecto al de las Seiemezzo y X-Cape, a través de la carrera superior de sus cilindros, buscando par y potencia en los dos primeros tercios del cuentavueltas; dicho sea de paso, este es protagonista en la instrumentación.
La potencia es de 69 CV a 8.500 rpm, si bien el cuentavueltas inicia la zona roja a 10K. El par máximo de 68 Nm se entrega a 6.500 rpm, es decir, el motor estira; pero la chicha, está a medio régimen.
El chasis es un doble cuna en acero, que puede recordar al de la Honda Rebel 500. Sin embargo, su depósito -metálico- de 15 litros tiene personalidad propia. Con un consumo real en torno a 5,1 l/100km, la autonomía ronda los 300 kilómetros, una buena cifra. El asiento está a 725 mm del suelo. Las estriberas se pueden situar en dos posiciones. De serie vienen en la posición más adelantada, que facilitan todavía más mover la moto en parado con las piernas.
Los frenos son un disco delantero de 320 mm mordido por pinza doble de J.Juan, mientras que detrás el disco es de 255 mm. Ambos están asistidos por ABS Bosch. Las llantas son de 18 pulgadas delante y 16 pulgadas detrás. Según nos explicaron en los cuarteles de Moto Morini, existen dos medidas de perfil para la rueda trasera (180/65-16 o 180/70-16).
El perfil 65 tiene una función más estética, amén de que hay poca oferta de esa medida (y no barata) en el mercado. El perfil 70 es más universal y recomendable. No solo es más eficaz y ágil, sino que abunda en la oferta de casi todos los fabricantes, pudiendo encontrarse a mejor precio. Las llantas, de aleación, son tubeless.
La horquilla delantera es de 41 mm de diámetro y 120 mm de recorrido, no ajustable. Los dos amortiguadores traseros, de 100 mm de recorrido, son ajustables en precarga de muelle.
El peso en seco se sitúa en 200 kilos, muy asequibles dada la altura de la moto. De hecho, la distancia entre ejes (1.490 mm) parece mayor a la vista de lo que realmente es. Como veremos, resulta muy adecuado en el comportamiento de la moto. Está disponible en rojo y en gris a un precio de 7.090 €.
Hay una versión Calibro Bagger con carenado y con maletas (8,190 €) de muy buen aspecto en las fotografías, porque no pudimos verla en vivo. Solo está disponible en negro, que le sienta de maravilla. También equipa la tapa del asiento trasero que es opcional en la Calibro estándar y que se integra en la línea de la moto tan bien como lo hace el piloto trasero en el guardabarros. La luz diurna delantera consta en ambas de un círculo en torno al faro muy reconocible.
Prueba Moto Morini Calibro: Cómo va la Moto Morini Calibro
La primera sorpresa -agradable- al acercarse a la Calibro es la calidad percibida. Sus componentes se sienten sólidos y la terminación es muy buena. Detalles como los espejos, el tapón de combustible (con cerradura, oculta) las estriberas o la tapa de las torretas dan una primera impresión magnífica al tacto y a la vista. El remate lo pone el asiento, de un mullido sencillamente perfecto.
La ruta no fue muy larga; sólo reparas en su comodidad al sentarte, porque rápidamente te olvidas de él, seguramente el mejor de los piropos. La razón es que, una vez en marcha, la moto te lleva a su terreno.
Es una moto muy agradable, casi gozosa, que te empuja a circular sin destino, sólo por el placer de ir en ella. La ergonomía es una de las áreas más estudiadas en la Calibro. Ya hemos dicho que las estriberas adelantadas favorecen la manejabilidad en parado, pero es que en marcha se siente como una posición natural. El manillar, ancho, está a la distancia adecuada. Los espejos no sobresalen más allá del manillar, facilitando la circulación entre coches. Su visibilidad es bastante buena.
El tacto del motor está muy conseguido. A pesar de la omnipresencia del cuentavueltas, es irrelevante, porque cambias de oído en la zona buena de par, que es algo antes de la zona de par máximo (6.500 rpm), donde se empiezan a sentir vibraciones que disminuyen la sensación de placer. Se puede estirar mucho más allá el motor y conseguir aceleraciones muy buenas, pero ahí entramos en la zona prestacional que, aunque buena, no marida con su filosofía.
Lo suyo es circular en marchas largas por carreteras de todo orden. Tiene buena estabilidad, siempre que no pretendas ir a fuego, donde aparecen algunos movimientos en el tren trasero y puedes echar en falta potencia en el freno delantero. Es un custom y las estriberas acabarán rozando tarde o temprano, pero permite un grado de inclinación suficiente, como para sentir la dinámica de una moto convencional, eso sí, sin alardes.
La capacidad del motor es más que suficiente para aceleraciones, recuperaciones y adelantamientos. La velocidad punta está en torno a 175 km/h, más que suficiente en los tiempos que corren (y los puntos, que vuelan).
Rodamos con dos unidades preserie. Una de ellas tenía el cambio un poco duro para reducir y era difícil encontrar el punto muerto en parado. La otra funcionaba de maravilla, que es como harán las unidades de producción definitiva.
Aparte de eso, me fue difícil encontrar fallos en una moto tan agradable. Si acaso, lo que no hay: la ausencia de un control de crucero es patente, sería útil en una moto destinada a hacer kilómetros y no supondría una aumento del coste desorbitado.
Disfruté mucho la ruta por Lombardía en verano. Es una moto capaz de conseguir que te abstraigas de tus problemas y que disfrutes del momento. Creo que es uno de los mejores argumentos para los que, hacer kilómetros con la moto, es una parte importante de su tiempo libre. Si estás entre ellos y además la usas todos los días, estarás mejorando tu calidad de vida.