Beeler, conocido por su trayectoria como periodista especializado y por su labor de expansión comercial con Krämer en el mercado estadounidense, sorprendió recientemente al anunciar su salida de la compañía. Lejos de una ruptura traumática, su decisión parece una renuncia planificada y ética ante un escenario insostenible provocado por factores externos a la pequeña firma alemana. Es decir, por culpa de KTM.
Jensen Beeler, comentó: “Hoy es oficialmente mi último día como CEO de Krämer Motorcycles USA. Hace tres años me uní al proyecto para impulsar el crecimiento en EE. UU. y a nivel global. Logramos triplicar las ventas en Estados Unidos, duplicar la red de concesionarios y lanzar al mercado modelos clave como las GP2-890 RR, GP2-890 XX y la APX-350 MA”.
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Sin duda, Beeler deja tras de sí una etapa de expansión para la marca, incluyendo el desarrollo de una categoría monomarca en el campeonato MotoAmerica (la Talent Cup), impulsada junto al legendario piloto Wayne Rainey.
Krämer y KTM: una dependencia con consecuencias
Krämer Motorcycles, fundada por Markus Krämer (exingeniero de KTM), es conocida por fabricar motocicletas de alto rendimiento específicas para circuito. Pero, todos sus modelos, aunque con chasis propios y modificaciones profundas, parten de motores y componentes procedentes de KTM. Esta dependencia, que durante años fue un activo estratégico, ahora se ha convertido en su principal debilidad. Como todos nos podemos imaginar.
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La delicada situación de KTM, de la que no nos hemos cansado de publicar actualizaciones, mes tras mes, ha llevado a cierres temporales de su planta en Mattighofen y retrasos considerables en la producción. A esto se suma la inestabilidad del mercado global, el aumento de los aranceles en determinadas regiones y una reducción significativa en la demanda, especialmente en Estados Unidos.
“Con el segundo cierre de la fábrica de KTM, se hizo evidente que no podríamos recibir las unidades necesarias para alcanzar nuestras previsiones”, explicaba Beeler. “Hemos tenido que reformular completamente nuestro plan de negocio. Y eso implicaba recortar gastos. Como el mío era el salario más alto, tomé la decisión de marcharme”.
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En un entorno empresarial donde a menudo prima el interés personal sobre el colectivo, la decisión de Beeler contrasta con la actitud habitual de muchos ejecutivos del sector. Lejos de aferrarse al cargo, ha optado por facilitar una salida responsable y dejar a la compañía un plan estratégico que pueda ejecutar en su ausencia. Según explicó, la MotoAmerica Talent Cup seguirá adelante y se espera que los modelos 2026 estén listos a finales de este mismo año.
Este gesto ha sido recibido con muchísimo respeto y admiración tanto dentro como fuera de la industria. Pese a la modestia de Krämer como marca, su impacto en el segmento de motos de circuito de media cilindrada ha sido notable, con modelos que han demostrado estar muy por encima de lo que su tamaño empresarial podría hacer pensar.
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Los problemas de Krämer no son un caso aislado. Es bien sabido que KTM lleva meses arrastrando dificultades financieras internas. El año 2024 cerró con recortes de plantilla, reducción de producción, acumulación de stock y un frenazo general en las exportaciones. La decisión de Pierer Mobility (matriz de KTM) de frenar la producción en varias ocasiones ha tenido un efecto dominó en todas aquellas empresas que dependen de su infraestructura industrial.
Sin duda, este contexto ha afectado también a otras marcas asociadas al grupo, como Husqvarna o GasGas, y ha sembrado dudas en sus redes de distribución en Europa, Asia y Norteamérica. Además, la incertidumbre económica y las tensiones arancelarias entre la UE y EE. UU. no han hecho nada más que agravar el problema.
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A pesar de este duro golpe, Krämer Motorcycles no está acabada. La marca conserva un claro y merecido prestigio entre los pilotos de circuito y ha logrado consolidar una comunidad fiel que valora su enfoque artesanal y de altas prestaciones. La salida de Beeler es un golpe, pero también una maniobra para ganar tiempo y aire financiero.
Habrá que ver cómo logra recomponerse la empresa en los próximos meses y si KTM consigue estabilizar su producción y suministro. De lo contrario, podría no ser la última empresa afectada por esta tormenta.
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