En los últimos meses, KTM ha acaparado titulares en el mundo del motociclismo, pero no precisamente por sus éxitos deportivos. La que una vez fue una de las marcas más punteras y reconocidas del sector, ahora está sumida en una profunda crisis financiera e institucional, como todos bien sabemos.
Y, según apuntan los rumores más recientes, su futuro podría estar más ligado a Canadá de lo que imaginábamos. Sí, Bombardier Recreational Products (BRP) estaría interesada en hacerse con el control, o al menos con una buena parte de KTM.
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El declive de KTM comenzó a hacerse evidente el año pasado, cuando la empresa se acogió a protección por insolvencia. Las cifras eran alarmantes, ventas por los suelos, una acumulación de stock equivalente a un año completo de producción, deudas que ascendían a miles de millones de euros y una reestructuración corporativa forzada que incluyó la compra y posterior reventa de MV Agusta.
Como si eso no fuera suficiente, KTM también anunció su salida de MotoGP a partir de 2026 y realizó despidos masivos que afectaron a su plantilla global.
Este 2025 se planteaba como un punto de inflexión. La entrada del gigante indio Bajaj, que ya era un socio estratégico, parecía aportar un soplo de aire fresco. Sin embargo, la esperanza duró poco. El plan de pago de deuda acordado no logró el consenso necesario, lo que provocó una nueva pausa en la actividad y desató una pugna interna en el consejo de administración.
Obviamente, todo indicaba que el control de la compañía iba a deslizarse de las manos de Stefan Pierer, quien había sido la cara visible de KTM durante décadas y responsable directo de su éxito.
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¿Qué quiere hacer BRP con KTM?
Ahora, y en este contexto crítico, nuevos actores han entrado en la conversación. El nombre de BRP, conocido por marcas como Can-Am, Ski-Doo, Lynx, Sea-Doo, Manitou, Quintrex, Alumacraft y la legendaria Rotax, ha ganado protagonismo. Según han publicado varios medios, el gigante canadiense estaría interesada en adquirir KTM o, al menos, ciertas partes clave del grupo. Esta posible operación tendría bastante sentido estratégico, especialmente si consideramos que Rotax ya tenía contactos más que directos con los de Mattighofen.
La oferta de BRP, no obstante, se estaría valorando solo en el caso de que KTM sufra un colapso aún mayor. La intención no sería tanto pagar el valor actual de la marca, sino comprarla a precio de liquidación, una práctica habitual en operaciones de rescate corporativo.
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En respuesta a preguntas de nuestros compañeros, BRP declaró: “Nuestra organización siempre busca maneras de lograr un crecimiento rentable a largo plazo. Además de centrarnos en el crecimiento orgánico, nuestro equipo evalúa de forma continua oportunidades de fusiones y adquisiciones. Sin embargo, no comentamos públicamente rumores o especulaciones”.
Como no nos hemos cansado de comentaros, además de BRP, otras entidades también están interesadas. De hecho, el banco de inversión estadounidense Citigroup lleva más de seis meses explorando el mercado en busca de potenciales inversores para fábrica austriaca.
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Entre las firmas más destacadas se encuentran Apollo Global Management y BlackRock, dos gigantes del capital de riesgo que podrían inyectar liquidez y reestructurar la compañía desde dentro. Obviamente, si el acuerdo llega a buen puerto.
Hace tan solo unas semanas, la posibilidad de un colapso total de KTM parecía lejana o irreal. Ahora, sin embargo, el escenario ha cambiado drásticamente. Aunque es poco probable que la marca desaparezca por completo, dada su historia, su tecnología y su valor de marca, no es descabellado pensar que podría necesitar de una caída profunda para renacer, incluso con un nuevo propietario y una estructura completamente diferente. Pero, tiempo al tiempo. A ver cómo acaba este culebrón.