Prueba SYM ADX 300: Introducción, posicionamiento y rivales del SYM ADX 300
El mercado de los scooter de corte Adventure de más de 125 cm3 está experimentado un crecimiento vigoroso en los últimos años. En gran medida obedece a una cuestión estética, pues la inmensa mayoría de sus usuarios circula únicamente por asfalto, pero no dejan de tener unas mínimas capacidades off road, más allá de las estéticas, que permite acceder a algunos destinos de “última milla”, como puede ser una playa o cala, al que se acceda por un camino más o menos abrupto.
Muchos de sus usuarios lo usan a diario y durante las vacaciones; muchos de ellos quieren prestaciones más allá de las que proporciona un scooter de 125 cm3. Así, han surgido modelos como el Honda ADV350 (29,2 CV, 6.680 €), Kymco DTX 350 (28,2 CV, 5.699 €), la recientemente presentada Zontes 368G (38,8 CV, 5.592 €), el más exclusivo Peugeot XP400 (36,7 CV, 7.399 €) o el rival más directo de nuestro protagonista de hoy, el Keeway Vieste 300 XDV (25,8 CV, 4.190 €). El ADX 300 se sitúa estratégicamente entre su representante del 1/8 de litro, el ADX 125 que ya probamos, y el ADXTG 400 de próxima aparición.
De este modo, SYM continúa en su estrategia de gama amplia y ataca los pesos medios con dos integrantes. Una manera de conseguir el producto específico para sus usuarios abundando en la relación calidad-precio que tan buenos resultados ha dado a la marca taiwanesa en España en los últimos dos años.
Prueba SYM ADX 300: Características técnicas del SYM ADX 300
El SYM ADX 300 emplea el mismo motor visto en la Joyride 300, pero el chasis se adapta reforzado a las exigencias de un modelo crossover, es decir, más rígido. Así, el cilindro cubica 278 cm3. La culata es SOHC, está refrigerado por agua y dispone de 4 válvulas. Entrega 26 CV a 8.000 rpm y 26 Nm a 6.000 rpm. La electrónica está presente por medio del control de tracción TCS, también desconectable. La calidad está presente en frenos y suspensiones.
En el tren delantero, un disco de freno de 260 mm de diámetro, mordido por 4 pistones de pinza radial garantiza la frenada, apoyada por el disco trasero de 240 mm para pinza de dos pistones (la inmensa mayoría de motos, lleva uno). El ABS Bosch es de doble canal. La horquilla tiene 125 mm de recorrido, mientras que el doble amortiguador trasero es regulable en cinco posiciones.
La instrumentación corre a cargo de una enorme pantalla TFT de 7 “ que da la información imprescindible (no informa de consumo), eso sí, de tres modos diferentes. Moverse por la interfaz no es muy cómodo, pues prescinde para ello de las piñas, habiendo de presionar los botones sel/set que flanquean la pantalla, en una posición no muy accesible.
Carece de muchos de los gadgets que obsequian sus rivales, pero a cambio ofrece una calidad de materiales, construcción y ajuste realmente buenos. En cualquier caso, las piñas son estándar y no dan lugar a ningún equívoco.
El encendido es por Smart Key, pero todavía no hay conectividad. A cambio, el manillar de tubo está a la vista, lo que permite instalar de una manera fácil cualquier soporte para el móvil. Lo malo es que el cargador USB (A y C) está dentro de la guantera, que habría de ir abierta si se quiere cargar el móvil al mismo tiempo que se consulta el GPS. La iluminación es full LED, tiene luz diurna DRL y de noche alumbra realmente bien.
Las medidas del scooter son curiosas. Es realmente largo entre ejes (1.510 mm), pero su combinación de ruedas CST en 120/70-15 delante y 140/70-14 detrás le confiere buena estabilidad en recta (y a baja velocidad) y ayudado por el ancho manillar, agilidad en los cambios de dirección. El asiento de doble altura (y con apoyo lumbar) queda a 790 mm, bastante asequible.
De hecho, puede que personas de más de 180 cm se sientan un poco encajonadas. Con mis 178 cm de estatura no suelo tener problemas, tampoco con el ADX 300, pero podía percibir que estoy en el límite superior de los que se puede considerar cómodo.
El peso del conjunto queda en 200 kilos en orden de marcha, en línea con sus rivales, todos ellos fondoncetes al ser más robustos. El depósito de 16 litros augura largos trechos sin repostar, si bien no pudimos comprobar su autonomía. Lo dejaremos para una prueba a fondo o una comparativa.
Debajo del asiento hay hueco para un casco integral y todavía hay espacio para una mochila. Existe un baúl como opción, así como manta y candado. No se descarta que pueda incluir conectividad en el futuro.
Detalles como el protector de manos, muy útiles en invierno a falta de puños calefactables, son de serie. Y el mejor de los detalles: está disponible por 4.599 €, con cinco años de garantía y un año de seguro gratis en blanco, gris y el negro que ves en las fotos.
Prueba SYM ADX 300: Cómo va el SYM ADX 300
La presentación de la ADX 300 tuvo lugar en Córdoba, ciudad califal de la que partió una ruta preciosa a primera hora de la mañana. El scooter se percibe grande a la vista fruto de la distancia entre ejes, pero una vez apeado del caballete se pierde la sensación de volumen.
El espacio para los pies permite el desplazamiento longitudinal de los mismos, si bien los talones se separan conforme se retrasan en el plano. El escudo solo permite albergar la punta de los pies. Si tratas de apoyar los pies en el escudo, las puntas irán por fuera del mismo. El asiento está a una altura muy asequible.
El tercer vértice del triángulo ergonómico son las manos que quedan muy separadas al ser ancho el manillar, aparte de las puntas un poco abiertas e inclinadas hacia abajo. Me recordó, sin ser, a las primeras Monster.
Rápidamente te acostumbras a la peculiar posición de las manos, porque no es incómoda. También sorprende (para bien) el tamaño de la pantalla; ya hemos dicho que la información es escasa, pero lo cierto es que se lee muy bien. Reconozco que me agrada la sensación de no estar “sobre equipado».
Puede que eche alguna cosa en falta. Para ser perfecto, falta información de consumo, control de crucero y puños calefactables. También es verdad que si llevara todo eso, no costaría 4.599 € ;pero lo que está, salvo la toma USB, está bien planteado. La sensación de calidad está presente, no solo a la vista, también al tacto. Se percibe un producto sólido.
Lo mismo ocurre al iniciar la marcha. El motor de 26 CV y 26 Nm puede que no sea el más rápido, pero se desenvuelve con soltura para los 200 kilos en orden de marcha que pesa ADX 300. En la elección del ajuste del variador entre aceleración y velocidad punta, prioriza la segunda levemente.
No se llega a echar en falta empuje acelerando, quizás un pelo en recuperaciones, pero a cambio te obsequia con la capacidad de sostener elevadas velocidades de crucero sin forzar el motor.
Su comportamiento es realmente bueno. La estabilidad en recta y a baja velocidad es muy buena. El manillar y las medidas de las ruedas compensan la distancia entre ejes a la hora de cambiar de dirección, pudiéndose decir que es ágil. Inspira confianza, a lo que contribuyen los CST de serie, de muy buen comportamiento en el no tan buen asfalto de las carreteras cordobesas
La ruta era preciosa y dio para comprobar las cualidades dinámicas del ADX 300, más partidario de mantener la velocidad de paso por curva que de “matarla” en las frenadas. Fluir con ella encadenando trazadas es muy divertido. En principio, es difícil conseguir que roce el caballete a costa de inclinar, pero si encuentra un bache fuerte a mitad de trazada, el roce será seguro, modificando el grip y quizás la trayectoria, por lo que es mejor no buscar los límites en carreteras bacheadas.
En carreteras de buen firme, la diversión está asegurada. Poco pudimos rodar por ambiente urbano, pero sí lo suficiente como para constatar que es el principal ambiente donde se habrá de desenvolver el ADX 300 y para el que está sobradamente preparado.
Tampoco quisimos obviar sus cualidades en algún camino de tierra, más inclinado de lo que esperaba que pudiera salvar el scooter, tanto en subida como en bajada. Lo que no admite es la conducción de pie, al resultar la postura un tanto forzada, sino el transitar calmado por sendas y caminos.
Aunque las manetas de freno no son regulables, la frenada es fácil de dosificar, más aún empleando sendas manetas a la vez. A lo largo de todo el día no tuve la más mínima queja de los frenos, siquiera en conducción deportiva, para la que están bien dimensionados.
La sensación final es la de un producto bien terminado, de comportamiento notable y predecible y que da mucho por 4.599 €. En los tiempos que corren, es una gran virtud.
