Esta vez cogemos un vuelo imaginario hasta Croacia, para descubrir las peripecias de Jovan Perunovic y el motor de su FIAT 600 con motor de moto. En realidad y para ser estrictos no es un FIAT 600 sino un Zastava 750 fabricado en la extinta Yugoslavia. Como sucedía en España con el SEAT 600, en otros países también se fabricaron modelos bajo licencia FIAT del mítico 600.
Pero, como sucedía con todos los 600 y los coches licenciados, el motor daba para pocas alegrías. Poco más de 22 CV cuando era nuevo y de eso hace, como poco, 40 años que dejó de producirse… El caso es que para hacer subidas en cuesta se necesita “más chicha”, y es por eso que Perunovic decidió montar un motor de moto para ganar potencia y velocidad.
Haber hecho una preparación del motor no era viable, y cambiarlo por uno de coche no habría sido ni sencillo ni tan eficaz como recurrir al motor de una BMW S1000RR para lograrlo. Y es que aunque lo más fácil para evitar líos es potenciar el propio motor del coche, es simplemente imposible conseguir las prestaciones que ofrece el motor alemán.
Tras un duro trabajo, el motor de moto e integró perfectamente en el viejo Zastava
De esta manera y tras un trabajo mucho más complejo de lo que pueda parecer, debido a las complicaciones de adaptar un coche existente a un motor de moto, el bueno de Perunovic pasó a tener detrás de su cabeza una bestia de 215 CV capaz de intimidar al más atrevido de los pilotos cuando se coloca en un coche con un peso total de 550 kg.
Uno de los trabajos que hubo que hacer, además de fijar el motor de moto al chasis del coche, adaptar el reenvío del cambio, la transmisión final… fue el de la electrónica. Y es que no es lo mismo tener una rueda sobre el asfalto para transmitir la potencia y encima con forma de “balón” que tener dos, más anchas y planas.
Además, evitar el control de tracción, que se puede ver en las tomas on-board como está totalmente eliminado, hace ganar unas décimas si se tienen buenas manos. No conocemos los cronos del bueno de Jovan, pero lo que sí podemos ver es que se lo pasa en grande…