En Parla, Madrid, la Policía Nacional ha detenido a un motorista que había compartido 4 vídeos en las redes en los que conducía a velocidades extremas por diferentes vías de la comunidad.
La neurona le dictó que, con su potente Aprilia RSV4, podría conducir a más de 300 km/h por la M-50 y la carretera de Toledo (A-42). La otra brillante idea que tuvo fue publicarlos. Bien, un loco menos al volante y, además, este tampoco era muy listo.
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Esta velocidad excedía hasta en tres veces el límite permitido en varios tramos. Obviamente se le va a caer el pelo. Podía haber causado una desgracia, tanto para él, como para el resto de usuarios de las vías por las que “circulaba”. Si uno hace una locura de estas y se mata, los que sufren son sus seres queridos. Al igual que si acabas en “Toledo” (todos sabemos de qué sitio estoy hablando).
Pero si te llevas a otra gente por delante, o les causas lesiones serias, la cosa cambia. No pienso escribir el adjetivo calificativo que me viene a la cabeza. Pero, creo que queda claro. También es obvio que personajes como este no representan a la comunidad motera.
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De inmediato, la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional se puso en marcha para analizar el perfil del usuario en cuestión, confirmando la existencia de hasta cuatro vídeos similares, todos capturados durante el día y mostrando al, ahora arrestado, esquivando coches a velocidades vertiginosas.
En uno de los vídeos, el arrestado alcanza los 300 km/h en la M-50, pasando por el túnel de Perales del Río. En otro, llega a los 290 km/h en el mismo lugar. Un tercer vídeo mostraba la Aprilia a 213 km/h en la A-42, en dirección a Madrid desde Getafe. El último video fue grabado en la A-42, desde Plaza Elíptica hasta el Centro de Madrid, donde alcanzaba los 280 km/h en tramos de 90 km/h y 115 km/h en tramos de 50 km/h.
En el vídeo difundido por Policía Nacional se observa que el infractor y sus acompañantes utilizaban modernas cámaras de 360º para grabarse. De hecho, en la secuencia en la que se superan los 300 km/h, el zoom de la cámara encuadra perfectamente el velocímetro de la RSV4.
Además de salir haciendo caballitos, se descubrió que el vehículo tenía las placas de matrícula dobladas, presumiblemente para evitar su identificación por parte de radares o cámaras de tráfico. Un clasicazo.
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Finalmente, los investigadores lograron identificar al usuario de las redes sociales y vincularlo con una motocicleta de la misma marca y modelo mostrada en los vídeos. Es decir, una potente Aprilia RSV4 con 217 CV.
La detención del individuo, residente en Parla, no tardó demasiado y, ahora, se enfrenta a múltiples cargos relacionados con la seguridad vial. ¿Acabará enchironado?
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