Voge acaba de presentar una solicitud de patente destinada a mejorar la estabilidad de las motocicletas. Mientras que en Japón, los fabricantes han estado enfocados en la ardua tarea de desarrollar tecnologías avanzadas para crear motos autoequilibradas que ofrezcan una experiencia de conducción más estable y segura, en China, la ingeniosidad ha llevado a una solución más pragmática: la incorporación de estabilizadores mecánicos. O los comúnmente llamados: “ruedines infantiles”
Con esta patente de Voge, claramente vemos que la solución más complicada y de alta tecnología a un problema, no siempre es la mejor. Este es un caso flagrante de efectividad asociada a la sencillez.
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A lo largo de estos últimos años hemos visto varias versiones de motocicletas autoequilibradas. Desde los conceptos Riding Assist de Honda, hasta los proyectos Motoroid y AMSAS de Yamaha. Todos, basados en motocicletas que pueden conducirse por sí mismas gracias a alucinantes conjuntos de giroscopios y sensores de inclinación, para mantenerse erguidas a baja velocidad o incluso quedarse solas de pie cuando están paradas. Incluso Harley-Davidson ha trabajado en su propia versión de la idea.
Pero los chinos han dado un golpe en la mesa. Mientras que uno le sujetaba el licor de flores al otro, se han sacado de la manga unos efectivos y curiosísimos ruedines del siglo XXI, y lo han patentado. Como os estamos contando, Voge pretende resolver el problema con una pareja de pequeñas ruedas retráctiles que se parecen muchísimo a las ruedas auxiliares de una bicicleta infantil.
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El propósito principal es desarrollar motos que no pierdan el equilibrio cuando están inmóviles o se muevan a velocidades extremadamente bajas, ya sea mientras son empujadas o al arrancar o detenerse. Este momento suele ser especialmente peligroso para los pilotos más novatos. Y tanto las innovaciones provenientes de Japón, como los ruedines adicionales extensibles de Voge, tienen como objetivo eliminar este riesgo a baja velocidad.
Por lo tanto, aunque pueda parecer una idea un tanto extravagante, tiene sus méritos y, de hecho, existen soluciones similares disponibles en el mercado de posventa para ayudar a moteros que, debido a diferentes tipos de discapacidades, pueden tener dificultades para sostener el peso de sus máquinas.
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Así es la patente de Voge
La propuesta de Voge es un tanto más sofisticada que simplemente agregar ruedas de entrenamiento que se extienden eléctricamente, y se fijan al basculante de la bicicleta. Aunque sigue siendo un sistema independiente que podría instalarse en prácticamente cualquier moto con un basculante de doble cara, las ruedas adicionales se despliegan con solo tocar un botón o de manera automática cuando se detiene la motocicleta. Sin embargo, en lugar de extenderse a una longitud fija, estas ruedas cuentan con sensores en cada pata que se activan cuando tocan el suelo, lo que permite que el sistema funcione en superficies irregulares o en carreteras con curvas.
En la solicitud de patente se describen dos versiones de esta idea. La primera tiene las ruedas montadas sobre brazos principales, que pivotan en el extremo trasero y son accionadas por brazos que se extienden eléctricamente y están conectados al basculante de la moto en la parte delantera. La segunda variante utiliza un sistema de paralelogramo, con dos eslabones laterales unidos a un montante que sostiene la rueda en la parte inferior.
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Según los dibujos de patente mostrado por Voge, la motocicleta que sale en los diseños parece ser una Voge 525DSX. Se trata, como todos ya sabréis, de una moderna trail de media cilindrada de reciente aparición en el mercado.
Además de ayudar a prevenir caídas embarazosas a baja velocidad, esta idea también podría eliminar la necesidad de utilizar el caballete lateral o central. De hecho, funcionaría como un caballete permanente y extensible que se activa cuando la motocicleta está aparcada, compensando la inclinación y el peso adicional.
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