Porque a pesar de lo que creímos en su momento, la moto que Walt Siegl ha usado para su creación no ha sido una MV Agusta F3 800, sino una Brutale 800. O al menos eso es lo que creemos al ver las pinzas de freno que lleva la Bol d’Or, diferentes a la de la F3.
Independientemente de este detalle, lo importante es alabar y conocer el trabajo hecho en el taller de Harrisville, ya que hay mucho más de lo que parece a primera vista tanto a nivel de carrocería como de trabajo en el motor.
Empezando precisamente por el propulsor, éste recibe el aire fresco y mucho más directo gracias a las dos tomas de aire frontales. De esta forma se consigue una ganancia más que apreciable en las prestaciones del tricilíndrico, tanto a nivel de potencia como de par motor. Además, al incluir un nuevo escape firmado por SC Project, se cambió la ECU por otra completamente parametrizable con lo que ahora el motor funciona mucho mejor a cualquier régimen.
Para el diseño de la carrocería se ha tenido muy en cuenta el ahorro de peso general. Por ello el depósito está fabricando íntegramente en kevlar por FuelCel, lo que supone una importante ganancia de peso aun incluyendo la bomba de gasolina en el interior y siendo de 20 litros de capacidad. De igual forma el semicarenado, guardabarros frontal y colín también se diseñaron conteniendo su peso al máximo.
El subchasis también es de nueva factura y está fabricado en aluminio. Las estriberas regulables se mecanizaron a partir de un bloque de aluminio aeroespacial 7075-T651. Por último las llantas son de magnesio, lo que supone otro punto de ahorro importante en peso.
De esta forma la MV Agusta Bol d’Or Series de Walt Siegl ha arrojado en la báscula un peso total de 154.22 kilos, un ahorro de más de 36 kilos ya que la Brutale 800 original pesa algo más de 190 kilos. Esto unido a una potencia de más de 140 CV, que son los que declara de serie la versión RR, hace que su última creación vuelva a ser una preparación de armas tomar.
Y es que desde siempre Walt Siegl lo ha tenido muy claro. Con el mismo resultado final, ahorrar peso es casi siempre mucho más barato que ganar potencia mejorando el propulsor.
En la galería final podéis ver las primeras dos versiones que han salido de su taller, ligeramente diferentes en cuanto a la decoración así como la forma y posición del escape. Pero los rasgos ochenteros de las carreras de resistencia siguen inalterados y perfectamente reconocibles, como los de hace 35 años.
Si queréis haceros con una (aceptan cualquier versión equipada por el tricilíndrico de MV Agusta), podéis poneros en contacto con él.
