Si tuviéramos que decantarnos por una sola motocicleta para el resto de nuestros días ¿Cuál sería? La verdad es que esta pregunta puede carecer de sentido, porque la mayoría de nosotros soñamos con poder tener a lo largo de nuestra vida infinidad de modelos. Unos llegan por suerte, otros como la protagonista del video de hoy, casi con total seguridad quedarán en nuestro imaginario por siempre, ya sea por su precio desorbitado o por lo escaso de su producción.
Os hablamos de la exclusiva Honda RC213V-S. Desde Iconic Motorbikes nos tienen en un vilo constante, esperando siempre a ver que otra novedad nos presentan mucho más exclusiva que la anterior. Al punto ha llegado la cosa que las Honda RC30 y RC45 nos parecieran ya las motocicletas más mundanas del planeta, no porque hayan dejado de ser especiales, sino más bien porque los amigos de Iconic han tenido bastantes de ellas bajo su poder.
Incluso su majestad la Honda NR 750 se ha convertido en una asidua de sus subastas, videos o fotografías. Y el caso es que estamos hablando de precios astronómicos, al alcance de muy pocos, algo que efectivamente es totalmente indiferente para la clientela habitual de Iconic. Pero claro, cuando el listón sube hasta una RC213V-S y además esta viene equipada con un paquete de competición exclusivo para pista, la cosa ya se va de madre. Estamos hablando, junto con la Ducati Desmosedici, de las dos monturas matriculables más parecidas a una MotoGP.
En esta ocasión el bueno de Adam Tromp, gerente de Iconic Motorbikes, nos ha grabado un completo video mientras que su mecánico Olly la va ensamblando. Al principio del mismo nos muestra también como viene todo empaquetado en unas cajas especiales destinadas a transportar la moto casi desarmada de un lugar a otro. En ellas, terminadas en aluminio e interior negro, están todos los componentes de competición, totalmente ordenados, que hacen tan especial esta unidad, encargo de un cliente de la empresa californiana.
Lo mejor viene al final cuando, tras su montaje, el bueno de Olly sale a probarla. Su cara al volver del paseo lo dice todo. Hay un punto en que no sabe muy bien cómo expresar lo que siente en ese momento. El sonido electrizante que emanan sus dos salidas de escape, heredadas directamente de la máquina de MotoGP, es capaz de resucitar a los muertos. Incluso hacer dar un salto del sillón a los más sosos.
Simplemente demencial y a la vez una sinfonía tan perfeccionada que enerva los sentidos. Pero claro, ahora viene «cuando la mataron», o cuando uno debe de volver a posar los pies en la tierra y darse cuenta de que estas cosas están diseñadas para muy pocos. Teniendo en cuenta el precio al que se vendió el año pasado esta Honda RC213V-S, más de 250.000 euros, y sabiendo además del kit de circuito adicional con el que cuenta este ejemplar en concreto, no queremos ni pensar cuanto habrá desembolsado su nuevo propietario por ella. En definitiva, arte sobre ruedas digna de estar en un museo.
