Estamos acostumbrados a traer al presente viejas joyas del pasado que cualquiera querría tener en el garaje, pero en esta ocasión nos hemos encontrado con una que difícilmente nadie querría tener: la Honda VT 500 FT Ascot (la versión con el motor bicilíndrico en V). En su tiempo se labró la fama de ser una de las peores motos de los ‘80. Hay que reconocer que lo tenía realmente difícil, porque tuvo que competir durante esa década contra motos míticas como Kawasaki GPZ900R , la BMW K1 y la Honda XRV 750 Africa Twin. Una lucha titánica y más teniendo en cuenta que la VT 500 FT Ascot llegó al mercado al principio de la misma.
De hecho su producción tuvo lugar sólo durante dos años, desde 1983 hasta 1985, por lo que se puede afirmar sin miedo a equivocarse que no fue un éxito de ventas. El concepto sugería, como puedes ver en el comercial del comienzo del vídeo de nuestros amigos de FortNine, que la moto venía directamente desde las pistas de dirt track estadounidense, y de hecho heredaba el nombre de circuito de Ascot Park. Pero la realidad era otra bien diferente.
Su motor era bicilíndrico en V y cubicaba 491 cc, tenía una carrera de 62 milímetros y un diámetro interior de 71. Con esas cotas externas el par motor no era sobresaliente y su mejor rendimiento tenía que llegar a altas vueltas. Pero (siempre hay un pero) resulta que su transmisión es por eje cardán y aunque eso implica que casi no es necesario el mantenimiento, se estima que perdía hasta un 25% de potencia por el camino hasta la rueda. Como de antemano la potencia era de 50 CV, estamos hablando de que en los modelos que lo empleaban, a la rueda llegarían en torno a unos modestos 37 CV.
Entonces, si el motor no era su punto fuerte ¿lo eran el resto de elementos? Pues parece que tampoco y es que tenía algunas características realmente extrañas. Por ejemplo, la bocina estaba justo debajo del faro, en un lugar prominente. Entonces, como quedaba estéticamente mal recurrieron a una tapa de plástico con rejilla para ocultarla en vez de haberle buscado otra ubicación.
Pero las curiosidades en cuanto a colocaciones no quedan ahí y es que los fusibles de reserva estaban colocados entre las dos torretas de sujeción del manillar con, evidentemente, otra tapa de plástico para resguardarlos. Esto, que en un principio puede resultar ingenioso porque aprovecha el espacio estaría bien, de no ser porque habitualmente ese es el lugar del bombín por algo… Y ese algo es que colocaron el bombín de la llave entre la torreta y la instrumentación, hundido, como si no fuese algo que uno usa todos los días. Tampoco los retrovisores eran de mucha ayuda, porque tenían un aumento tan grande que básicamente no servían para nada.
Así que lo mejor, se esperaba, era ponerse en marcha y es entonces cuando te das cuenta que la pata de cabra es prácticamente inaccesible estando sentado porque está muy adelantada. La posición de conducción tampoco es la más cómoda del mundo, menos cuando se tiene una estatura media-alta. Por tanto, conducirla tampoco es que sea una maravilla y es por eso que fue un auténtico desastre en ventas a pesar de las rebajas en el precio. ¿Fue la peor moto de los ‘80? Quizás en Estados Unidos no fuese de las mejores, pero seguro que las hubo peores. Por cierto, hubo una versión (la de las fotos de ilustración) con motor en paralelo y cadena, pero la situación no mejoró mucho para Honda.
