Fabricada en Holanda, donde uno puede fumar ese tipo de cosas, no puedo evitar imaginarme a un ingeniero, relajado él en un “Coffee Shop” de Amsterdam mientras piensa en cómo sería un cruce entre una KTM Adventure y un Smart Fortwo Diesel. Y lo peor es que lo ha hecho.
Es una moto actual, por supuesto. De hecho, en varios mercados europeos y americanos (no en el nuestro, todavía) ya se vende por encargo. Con un chasis multitubular, suspensiones WP y frenos Brembo y el motor (retocado, eso si) de un Smart tres cilindros turbodiesel se fabrica “esto”. La transmisión es por cardan, pero automática por variador: como un scooter. El resultado es un aparato de 225 kg en seco, con 45 CV y un impresionante par de 100 nm a 1.800 rpm. Alcanza los 155 km/h pero eso sí, gasta 3.5 litros de gasoil a los 100.
La carrocería puede tener un pase. El larguísimo basculante que le da aspecto de que la han “chafado”, bueno, no es bonito, pero seguro que le da buena tracción: El diseño del logo de “diésel” con adhesivos de papelería, podría haberse trabajado un poco. E incluso el cuadro, compuesto por una pantalla digital poco mejor que la llevan algunos ciclomotores “chachis” tiene perdón. Pero cuando oyes como suena en marcha… se te cae el alma a los pies.
