Australia, tierra de enormes arañas, Cocodrilo Dundee, Mick Doohan y de algún ladrón con pocas luces… Hasta nuestras antípodas viajamos virtualmente para ver uno de los robos o intentos más sorprendentes de los últimos tiempos. Pongámonos en situación: es la madrugada del pasado viernes 15 de octubre y la tranquilidad de Ipswich se ve perturbada por una máquina pesada. Hasta ahí nadie tiene por qué preocuparse pues, precisamente, la noche es el momento en el que se suelen llevar tareas de mantenimiento y que una excavadora circule puede deberse a ello.
Pero, de repente, llega el giro (nunca mejor dicho) y la máquina se estrella directamente contra un escaparate. Por las imágenes queda claro que no se trata de un accidente sino de algo hecho a propósito, pero todavía la finalidad no es clara ¿se trata de una venganza? ¿Una discusión que ha ido demasiado lejos? Entonces es cuando el conductor baja de la máquina, algo que no se ve en las imágenes de la policía de Queensland, y entra en el establecimiento. Lo que sí podemos ver después es que de las palas de la grúa cuelgan ¡dos Kawasaki KX! Ni corto ni perezoso, a las 3:50 de la mañana un tipo arranca la huida con el botín al aire, con un vehículo muy lento (las más rápidas no suelen superar los 40 km/h).
No hace falta tener mucha imaginación para saber lo que iba a pasar a continuación ¿O sí? Pues quizás sí porque el sujeto, un varón de 41 años, al ser interceptado por la policía se pone en modo “El Vaquilla” intentando escapar. Pronto se da cuenta que no puede seguir con las motos, que caen al suelo junto con el brazo que las sujetaba. Desconocemos si lo hizo a propósito o si se trató de un accidente. Lo que no fue un accidente fue la loca huida que protagonizó después y que lo llevó a pasar por encima de vallas, circulando por carreteras y hasta por la vía del tren.
Fue, precisamente, en la vía del tren donde la máquina se estrelló y quedó varada. ¿Se entregó en ese momento? Pues no, salió corriendo a pie intentando zafarse del dispositivo policial aunque, finalmente, la policía consiguió encontrarlo y arrestarlo cerca de un arroyo mientras se escondía tras la hierba alta. Ahora se enfrenta a la acusación de haber cometido varios delitos entre los que se incluyen la conducción peligrosa y la evasión a la policía. Tendrá tiempo a pensar en cómo pudo salir mal este plan que, parafraseando a la saga cómica más taquillera de la historia de España, era “un plan perfecto, sin fisuras”.
