Nick O’Kane es gerente de K&N y se ha atrevido a modificar una mítica Honda CBX1000 para convertirla en una moto de circuito, con componentes de primer nivel y un nuevo aspecto. Un restomod radical pero con un acabado impresionante que deja con la boca abierta a aquellos que la ven por primera vez.
Modificar una Honda CBX1000 no es una tara sencilla. Además de sacrificar una rareza si no lo haces bien, estás metiendo mano a una moto que en su momento fue lo más de lo más: 1047cc, motor de seis cilindros, 103 CV a 9.000 rpm, seis carburadores Keihin VB 28 mm, culata DOHC con 24 válvulas, etc.
El encargado de diseñarla fue Shoichiro Irimajiri, un ingeniero que antes había trabajado en el departamento de carrera de Honda y fue el responsable de varios proyectos que han pasado a la historia: la Honda RC147 de 1965, un 125 cc de cinco cilindros y 32 CV a 19.500 rpm; la Honda RC165, un 250 cc de seis cilindros y 52 CV a 14.500 rpm así como el motor del Honda RA273 de Fórmula 1, un “V” de 12 cilindros.
Para la creación de la Honda CB-XXX, la moto se desmontó por completo y se reforzó el chasis original en varios lugares, además de reducir el ángulo de la dirección para radicalizar sus geometrías. El motor fue revisado por completo y se le dotó de un nuevo escape con colectores con recubrimiento cerámico y silencioso a medida RSD. Curiosamente la configuración del escape no es un 6-2 sino un 6-1. Por supuesto, los carburadores llevan ahora filtros específicos K&N, uno por cada trío de cilindros.
Para la parte de ciclo se adoptó un tren delantero completo de Yamaha YZF-R1 del 2007 con sus pinzas de seis pistones y un basculante trasero de Suzuki GSX-R 1000 del 2006 y amortiguador Öhlins. Las llantas son unas Pro Excel de 17 pulgadas con neumáticos Pirelli.
La carrocería está modelada completamente en fibra de carbono a partir de las piezas originales, aunque el colín cuenta con unas formas diferentes, algo más elevadas e integran un pequeño alerón. El asiento está hecho a medida. Delante únicamente se ha acoplado una placa portanúmeros y no se ha pintado nada, dejando la fibra de carbono a la vista y perfilando sendas líneas en rojo y amarillo (color corporativo de K&N) desde delante a atrás.
Otros detalles que llaman la atención son las estriberas retrasadas regulables, las manetas y puños nuevos, botonera de competición, un cuentarrevoluciones y tapón de apertura rápida.
En fotos es impresionante, poder admirarla en directo debe ser la leche pero además poder escucharla… un sueño.
