El colectivo motero es el más vulnerable entre los vulnerables

220 fallecidos en moto y 13 en ciclomotor hasta el 20 de noviembre
La DGT publica periódicamente sus informes sobre siniestralidad, y las cifras son aterradoras. Hasta el 20 de noviembre habían fallecido en accidentes en vías interurbanas 1.016 personas y, de ellas, 220 eran usuarios de moto y 13 de ciclomotor.

Las estadísticas pueden ser crueles, pero no suelen mentir. Los números son un reflejo de la realidad que vivimos día a día y en esta ocasión, son una radiografía perfecta de lo que pasa en las carreteras interurbanas. En el año 2000 fallecieron en las carreteras de nuestro país un total de 5.776 usuarios, cifras que hoy 22 años vista son impensables y serían totalmente inaceptables. Aun así, en lo que va de 2022 son ya 1.016 personas las que hemos perdido en accidentes en carretera, y a la cifra del año en vigor todavía hay que sumar los accidentes urbanos.

De todas maneras podemos decir que en 22 años se han reducido prácticamente a la quinta parte los fallecidos en carretera, y es innegable que la DGT y el empeño especialmente del tan cuestionado en algunos casos (también por nosotros) Pere Navarro y su equipo da sus frutos. Pero una sola víctima en la carretera es una losa con la que la sociedad no puede permitirse cargar y aun así sigue haciéndolo. Por desgracia 2022 podría superar a final de año a 2021, aunque todavía podemos poner todos de nuestra mano para que eso no suceda.

Pero donde realmente llaman la atención las cifras es en el tipo de usuarios fallecidos. Aunque según la DGT en 2021, los turismos eran 24.558.126 y las motos 3.607.226, el número de víctimas mortales no sigue ese porcentaje y es que de esos 1.016 fallecidos, ni más ni menos que 220 eran motoristas y 13 usuarios de ciclomotor. Es decir, casi la cuarta parte de los fallecidos pertenecían al colectivo.

Como bien sabes, los motoristas estamos dentro del denominado grupo de usuarios vulnerables junto a los peatones, los ciclistas y los vehículos de movilidad personal. En total son 377 “vulnerables” los fallecidos en ese periodo, lo que hace ver que dentro de este sector somos los más vulnerables entre los más vulnerables.

Pero las cifras deben servir para algo más que para lamentarse. Es obvio que la moto tiene sus grandes ventajas y, también, tiene sus debilidades. Unas debilidades que la industria trabaja duramente para mejorar empleando tecnología tanto en las motos como en los equipos de protección. También es indiscutible que las carreteras no están en las mejores condiciones posibles, y que hay puntos especialmente peligrosos en los que la DGT debe afinar y mucho. Pero sería de necios obviar la parte que como colectivo y como individuos tenemos cada uno de los usuarios de moto y es que respetar las señalizaciones y los límites de velocidad es vital, literalmente. Ir en un vehículo vulnerable lo que debe hacernos es más precavidos, cautos y respetuosos. La moto no debe ser una carta blanca para no cumplir las normas de circulación porque, en realidad, somos nosotros los que nos exponemos. Y  la verdad, duele seguir levantando V’s al cielo…

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