Parece mentira, pero hace ya nada menos que una década que Casey Stoner, doble campeón mundial de MotoGP, corriera por última vez en su circuito de casa, Phillip Island. Además, durante 6 temporadas consecutivas, desde 2007 hasta 2012, lo hizo dominando con puño de hierro y dejando claro y patente que pocas personas sobre la faz de la tierra, a los mandos de una motocicleta, podían ir más rápidos que él en el trazado australiano.
Los datos son demoledores y dejaban en evidencia que el astro australiano siempre estuvo un peldaño por encima de sus rivales cuando de competir en Phillip Island se trataba. Con ventajas que llegaron a ser de hasta 9,2 segundos de diferencia respecto a su perseguidor, hito que logró precisamente en su última aparición dentro de la categoría de MotoGP en la temporada de 2012.
Ahora, junto al también piloto australiano de MotoGP Chris Vermeulen, que entre otros logros consiguió vencer en el GP de Francia de la temporada 2007, además de lograr 2 segundos puestos y un tercero esa misma temporada, ha regresado tras diez años a la que fue su pista fetiche. Además, el circuito lleva sin ser cita del mundial de MotoGP desde la temporada de 2020, debido a la ya conocida pandemia por COVID-19 que afectó a la mayor parte del planeta.
En el video, de unos 12 minutos de duración y que han publicado los compañeros de Australian Motorcycle Grand Prix ,explica cómo logró mantenerse invicto a lo largo de aquellas seis temporadas. Qué estrategias siguió, como organizaba el fin de semana y sobre todo que lo hacía mantenerse tan motivado y al nivel necesario para batallar con rivales del nivel de Valentino Rossi, Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa, sin ceder nunca dentro del trazado australiano.
Sin duda Casey Stoner marcó un antes y un después dentro del Mundial de Motociclismo. Demostró que, el casi invencible Valentino Rossi no lo era y además lo hizo con dos motocicletas totalmente distintas dentro de las escuderías Repsol Honda y Ducati Corse. Siempre es un placer escucharle y volverlo a ver dentro de un circuito tan especial para el cómo es Phillip Island, aunque no sea a los mandos de una MotoGP.