Prueba Yamaha T-Max Tech Max 2025: Introducción, posicionamiento y rivales del Yamaha T-Max Tech Max 2025
Poco puede decirse del Yamaha T-Max (47 CV, 14.299 €) que no se haya dicho antes. Yamaha fue la primera en presentar un maxiscooter hace casi cinco lustros, inaugurando un segmento por el que han desfilado muchos competidores que no han tenido continuidad en el mercado.
Sus cifras asombran, con más de 330.000 unidades vendidas desde su nacimiento en 2001. Eso no significa que no tenga competidores en 2025; algunos le vienen plantando cara en sucesivas versiones, cada uno con su receta y a su manera.
Sin ir más lejos, el pasado mes de Octubre asistimos a la presentación del Honda Forza 750 (57,8 CV, 12.275 €), más potente pero también limitable para el A2. También, en su día enfrentamos a la anterior generación del T-Max con el SYM TL508 (45 CV, 8.999 €), ahora a un gran precio, pero que deberá ponerse al día.
No debemos obviar otras opciones, como el Kymco AK 550 Premium (50,3 CV, 11.999 €) o el BMW C400X/GT (34 CV, 8.690 €), de menor cilindrada y potencia, pero también de orientación premium.

Con el paso de los años, el T-Max se ha convertido en un producto aspiracional, un aspecto que se refleja en el precio, pero que no le resta ventas. Pero también es cierto que su depreciación es mucho menor que en los modelos de la competencia, por lo que a la hora de venderlo, lo normal es que el coste de haberlo disfrutado sea menor que en cualquiera de sus rivales.

El que da primero da dos veces, dice el refrán. Sin embargo, haber sido el primero en llegar no garantiza el éxito de un modelo, que en el caso del T-Max, sin ser el más potente, es sin duda el más refinado.
Esta novena generación viene a abundar en sus puntos fuertes, mejorando también la seguridad con la adopción de una IMU que permite incluir elementos como el ABS y control de tracción en curva. Esta novena generación está muy bien afinada. Como la novena sinfonía de Beethoven.

Prueba Yamaha T-Max Tech Max 2025: Características técnicas del Yamaha T-Max Tech Max 2025
El Yamaha T-Max 2025 se presenta con un diseño renovado, caracterizado por un frontal más dinámico y sistemas de asistencia al piloto mejorados. La versión Tech MAX eleva aún más el nivel, con acabados superiores dentro del segmento de scooters deportivos.

El motor bicilíndrico de 560 cc, con 35 kW de potencia (y apto para el A2) y 55 Nm a 5.500 rpm, se combina con una transmisión automática para ofrecer un rendimiento equilibrado entre deportividad y facilidad de uso.
El motor y el escape cumplen con la normativa EURO 5+, permitiendo su circulación en zonas urbanas de bajas emisiones. La transmisión, mediante correa trapezoidal, asegura una conducción suave, con ajustes en el embrague y la admisión para optimizar aceleración y sonido. Se ha revisado el embrague centrífugo para mejorar la aceleración desde parado, pudiendo salir muy suavemente o como la centella.

El T-Max incorpora ahora sistema de control de frenado (ABS en curva) que, junto con el ABS tradicional y la Unidad de Medición Inercial (IMU), mejora la seguridad en frenadas y curvas, así como la seguridad en cualquier condición.
El sistema D-MODE permite al piloto ajustar la entrega de potencia, mientras que el control de tracción (también en curva) ofrece estabilidad en superficies con poca adherencia.

El diseño del T-Max 2025 mantiene la esencia de sus predecesoras, pero con una actualización estética notable. El nuevo frontal, con doble óptica y luces diurnas, y la carrocería rediseñada, aportan un aspecto moderno y compacto. Los elementos característicos, como los paneles laterales en forma de bumerán y el escape lateral ascendente, se conservan y mantienen su silueta característica.

La instrumentación TFT de 7 pulgadas ofrece múltiples opciones de visualización, que si bien son similares, resultan atractivas y funcionales. La conectividad se expande con la aplicación MyRide, que permite acceder a funciones de música, mensajería y navegación.
La navegación Garmin, disponible mediante una aplicación dedicada, facilita la planificación de rutas y permite la visualización de las mismas en la gran pantalla, todo ello sin coste alguno.

El chasis de aluminio, inspirado en las motocicletas, proporciona estabilidad y agilidad. La suspensión delantera, con horquilla invertida, y el diseño del asiento, ofrecen confort en desplazamientos largos.
Los frenos delanteros de disco de 282 mm de diámetro con ABS, mordidos por pinzas radiales de 4 pistones, junto con las llantas aligeradas (que disminuyen la masa no suspendida) y neumáticos Bridgestone Battlax SC2, contribuyen a un control óptimo del scooter, también en conducción deportiva.

El T-Max sigue disponiendo de un amplio espacio de almacenamiento bajo el asiento, en el que cabe un casco integral y uno abierto (o dos abiertos) y arranque sin llave mediante Smart Key. Como es costumbre, Yamaha ofrece una amplia gama de accesorios originales, permitiendo a los usuarios personalizar su scooter hasta el infinito y más allá.

La versión Tech MAX, que es la que hemos probado, incluye características adicionales, como una cúpula regulable eléctricamente en 110 mm, puños y asiento calefactables, control de crucero (que ya podría llevar la versión básica) y suspensión trasera ajustable.
El sistema de control de presión de neumáticos (TPMS) y los acabados exclusivos, como los interruptores retroiluminados, las llantas mecanizadas o el acabado dorado de la horquilla, refuerzan su carácter de scooter deportivo de alta gama.
Esta versión está disponible en colores exclusivos, como son Ceramic Grey y Dark Magma. La versión “básica” está disponible en Icon Black y Tech Kamo.

Prueba Yamaha T-Max Tech Max: Cómo va el Yamaha T-Max Tech Max
Siempre es un placer ponerse a los mandos de un T-Max. La sensación de calidad es constante en todos sus aspectos: construcción, elementos, ajuste de los plásticos, interfaz, etc.
La posición de conducción es perfecta para mis 178 cm de estatura pero, al ser tan ancha, tampoco me sobra flexión de pierna para llegar al suelo con las dos plantas de los pies a la vez. Esto es una limitación para las estaturas más contenidas, también en marcha, pues no podrán apoyar las plantas de los pies detrás del escudo sin forzar la postura, al tener las piernas completamente estiradas.

Nada más ponerla en marcha, sorprende la capacidad para arrancar a punta de gas con total precisión y suavidad. La distancia entre ejes, realmente notable (1.575 mm), contribuye a que la estabilidad en línea recta sea excelente y que rodar a muy baja velocidad sin tener que poner los pies en el suelo sea un juego de niños.
Pero seamos claros, lo de rodar a muy baja velocidad es para cuando obliguen las circunstancias, porque no puedes evitar enroscar el gas. Entre el modo T y el Modo S, acabas eligiendo el segundo. A la larga dan la misma potencia, pero el modo S se siente más lleno.
El sonido es el característico de siempre, como de turbina, pues no ha cambiado motor y escape, ni falta que hace. Los 48 CV cunden mucho, y no estirar el caballaje permite que la curva de par sea plana y el motor se sienta muy lleno en cualquier régimen. El T-Max anda y mucho.
De hecho, uno de sus problemas es que es muy fácil rodar por encima del límite de la vía por la que circules sin darte cuenta, tal es la finura de funcionamiento del T-Max. Es el típico problema de coche bueno y silencioso, que no te das cuenta de la velocidad a la que circulas.

La pantalla eléctrica del T-Max Tech Max es una bendición en las mañanas frescas, también lo será en el caluroso verano. La temperatura no dio para probar los puños y el asiento calefactables, pero nunca están de más, como el control de crucero, de fácil accionamiento.

Llegando a las curvas, la distancia entre ejes vuelve a marcar el comportamiento del T-Max. En giros rápidos la estabilidad es imperturbable. En terreno retorcido es capaz de rodar rápido, pero siempre teniendo en cuenta que pesa 221 kilos en orden de marcha, que si son bastantes para una moto de media cilindrada, lo mismo se puede decir de un scooter.
La ventaja es que el centro de gravedad es muy bajo (además de la distancia entre ejes), de ahí su muy buena estabilidad. En terrenos sinuosos puedes elegir entre varias trazadas, pero no le gusta que las corrijas a mitad de giro, sino que seas consecuente con la que elijas. Enseguida le pillas el punto a la T-Max y a estos condicionantes, que más que limitar, te muestran el carácter de la moto, que parece decirte: “por donde tú quieras, pero no me ralles”. Otra de sus limitaciones es el roce del caballete en las inclinaciones más pronunciadas.
Al final, lo más divertido es rodar fluidamente, buscando la mejor trazada y sentir la finesse del T-Max. Te sorprenderá el sonido de alguna rascada del caballete, pero no te moverá de la trazada.
También puedes ir a fuego y apurar frenadas al más puro estilo stop & go, pero pronto te darás cuenta de que disfrutabas más encadenando trazadas y volverás al orden. Los Bridgestone SC2 que calza son ideales para los postulados del scooter.

La frenada es muy buena, sobre todo si actuamos sobre ambas manetas a la vez. De este modo es mucho más fácil sentir la frenada y el comportamiento de la moto. El consumo es de 5,4 l/100 rodando a buen ritmo, no es sobresaliente, pero como scooter que es, rueda a un elevado régimen, por lo que no está mal. En ciudad seguramente sea peor, todo depende de lo que te contengas con el acelerador. Autonomías en torno a 250 km no son descabelladas.

En autovía, es capaz de sostener ritmos muy elevados, pero no es posible llevar el motor hasta el corte de 8.200 rpm. A 7.500 rpm es capaz de llegar hasta casi 175 km/h, lo que no es desdeñable, sin forzar el motor.