La Honda CB1000R Black Edition es el máximo exponente de la gama naked de la firma japonesa, un modelo actualizado este 2021 sobre la base de la segunda generación lanzada en 2018 tras casi una década sin cambios importantes. Es el peldaño más tecnológico de una escalera formada por la CB125R, CB500F y CB650R. La mil se sirve en dos versiones, una estándar (14.200 €) y la Black Edition de nuestra prueba (sustituye a la Honda CB1000R+). Los 1.700 € extra (15.900 €) de esta última se deben a la adopción de mini-parabrisas frontal, piezas mecanizadas, tapa de colín, cambio semiautomático y acabado negro especial.
El segmento maxinaked es uno de los más competidos de la actualidad, fruto de una fuerte evolución durante los últimos años. Si afinamos la búsqueda, algunas de las rivales más enérgicas y deportivas de esta Honda son la Ducati Streetfigher V4, Kawasaki Z H2 o MV Agusta Brutale 1000 RR. Tampoco hay que olvidar otros modelos como la Aprilia Tuono V4, KTM 1290 Super Duke R, Suzuki GSX-S1000, Triumph Speed Triple 1200 RS o Yamaha MT-10.
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CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO
Además del leve rediseño frontal (faro y protectores de radiador), otros cambios respecto a su antecesora pasan por el nuevo display TFT a color de 5” con sistema Smartphone Voice Control (comandos de voz por Bluetooth) ya visto en otros modelos como el Honda Forza 750 o el Honda X-ADV.
Así, la Honda CB1000R Black Edition mantiene su fiable tetracilíndrico en línea de 998 cc heredado de la CBR1000RR Fireblade 2006, convenientemente adaptado a la normativa Euro 5 para declarar 145 CV a 10.500 rpm y 104 Nm a 8.250 rpm. El embrague asistido antirrebote también está presente. Lógicamente, el pack electrónico se mantiene: acelerador ride by wire, cuatro modos de conducción (Rain, Standard, Sport y User –personalizable-), control de tracción (tres niveles, desconectable), control de freno motor (tres niveles) y ABS de doble canal.

Manillar de aluminio con sección variable, suspensiones Showa multirregulables (horquilla invertida SFF-BP y monoamortiguador BRFC), pinzas de freno delanteras radiales Tokico, toma de corriente USB (bajo el asiento), iluminación full-LED, intermitentes autocancelables, warning en frenada, depósito de gasolina de 16,2 l. (unos 250 km de autonomía) y neumáticos Michelin Power 5 son otros detalles. El equipamiento de serie se completa con chasis de acero, subchasis de aluminio y pletinas mecanizadas para anclar las estriberas, además de basculante monobrazo de aluminio y portamatrícula flotante.
EN MARCHA
Una de las cosas que hacen de un producto Honda una moto universal es que siempre se adapta a su conductor y no al revés. Desde que te subes a ella hasta que la disfrutas por carretera o autovía, esta CB1000R exhibe ese tacto exquisito no exento de potencia, aceleración y prestaciones, apoyado en una sólida parte ciclo capitaneada por un equipo Showa “pata negra”. Ahora, el motor ha ganado suavidad pero mantiene un carácter poderoso con aceleraciones y recuperaciones de lujo, dignas de una moto más potente. La respuesta del gas, el tacto del cambio semiautomático (dispone de 3 niveles de sensibilidad para regularlo al gusto) o la potencia de frenada funcionan como deben y percibes que “todo está en su sitio” en todo momento.

Cada modo de conducción tiene unos reglajes específicos, actuando de distinta manera sobre la entrega de potencia del motor, la intervención del control de tracción y la cantidad de freno motor aplicada, haciéndolos más o menos directos/intrusivos. En User el conductor puede configurar cada uno de ellos a medida para dar con la configuración ideal (pulsación continua en el botón MODE de la piña izda.). Sólo en este puedes desconectar el TC, aunque yo siempre lo llevo activado por seguridad.
En tramos revirados la Honda CB1000R Black Edition te sorprende por sus buenas maneras, ágil y divertida, al tiempo que estable como pocas. Sus 214 kg declarados en orden de marcha no se notan en marcha, aunque sería ideal poder alcanzar los 200 kg “clavados” en futuras actualizaciones. Las inercias del motor apenas se notan y la agilidad es excelente, pudiendo disfrutarla en todo tipo de carreteras sin los extremismos de conducción que sí requieren algunas de sus rivales. La frenada también está asegurada, gracias a la dotación Tokico, con buen tacto y mordiente para todo uso.
