Para 1979, Suzuki contrato los servicios del diseñador alemán Hans Muth y su empresa Target Design, para dar forma a la que debería ser la montura deportiva más rompedora del momento. Unos meses después, en 1980, nacía la primera serie de la Suzuki Katana 1100, modelo que se mantendría dentro de la oferta de la marca japonesa hasta ya bien metidos en el nuevo siglo.
En palabras de Cycle World: “La Katana fue un momento breve y sobresaliente en todo ello, dibujada por un hombre cuyo genio ha resistido la prueba del tiempo, con un diseño que continúa resonando y llamando la atención 40 años después”.
Para 1994 Suzuki lanzó la Katana 1100 Final Edition, en exclusiva para el mercado japonés. Esta variante contaba con una serie de mejoras respecto a la versión estándar: Radiador de aceite más grande, embrague con asistencia electrónica, amortiguadores traseros específicos y una altura de asiento rebajada.
Suzuki Katana 1100 Final Edition by AC Sanctuary en detalle
Esta Katana 1100 Final Edition que hoy os presentamos gracias a los amigos de Bike Bound, ha sido disfrutada en su estado original donde muchos años por su actual propietario. Sin embargo, decidió que había llegado la hora de ponerla en manos del especialista japonés AC Sanctuary, donde el señor Nakamura y su equipo crean verdaderas obras de arte sobre ruedas.
Según explica este, refiriéndose a sus preparaciones de motor: “Especialmente cuando el motor es de una moto vieja, se puede decir que es un requisito, pero algunos modelos más nuevos como el ZRX DAEG y la Z900RS no lo requieren… Cuanto más nuevo es el año del modelo del vehículo base, menos revisión requerirá”.
En este caso, el motor de la Suzuki Katana 1100 Final Edition estaba en perfectas condiciones, por lo que el trabajo de AC Sanctuary se centró en otros aspectos del conjunto: Bastidor, suspensión, escape o electrónica, por ejemplo. De este modo, el chasis se reforzó convenientemente y se incorporó un basculante Sculpture así como un equipo de suspensiones Ohlins.
También se montaron llantas OZ Racing GASS de 17 pulgadas en ambos ejes y un sistema de frenado con componentes firmados por Brembo y Nissin. El panel de instrumentos personalizado es obra del especialista Stack y cuenta con velocímetro digital y cuentavueltas clásico.
El resultado final es una de las mejores Suzuki Katana que hayamos visto hasta la fecha, y además su propietario cuenta con la posibilidad de mejorar las prestaciones del motor gracias al kit de optimización “Stage II”. Un restomod digno de estar expuesto, aunque mucho mejor disfrutar de ella circulando por cualquier calle de Japón, atrayendo las miradas de todo aquel con el que se cruce.