El culebrón sobre la nueva Kawasaki Ninja ZX-4R sigue su curso, pero nadie podrá decir que no se pone más interesante a cada noticia que nos llega desde Japón sobre como será el modelo definitivo. Lo último que hemos conocido gracias a la publicación nipona Young Machine, es que la nueva deportiva de la firma de Akashi podría convertirse en la 400 cc en serie más potente de la historia si se confirman definitivamente los más de 70 CV que podría ofrecer su propulsor.
De ser así estaríamos ante un verdadero mata gigantes. Pero la realidad es que no nos sorprenden estos datos si tenemos en cuenta que su hermana, la ZX-25R, declara oficialmente 45 CV. Una cifra realmente buena si tenemos en cuenta que hablamos de motores de 4 cilindros y 4 tiempos. De alguna forma, Kawasaki nos trae de vuelta la esencia de aquellas 250 y 400 que triunfaron como la Coca-Cola en el país asiático a finales de los 80 y la década de los 90, entre ellas como no las Kawasaki ZXR 250 y ZXR 400.
Pero ¿en qué se basan para decir que la nueva ZX-4R podría superar los 70 CV de potencia? Básicamente, han sacado la “cuenta de la abuela” aplicando un cálculo matemático muy sencillo. Si el propulsor de las 250 cc con una arquitectura mecánica muy similar al que se espera en la nueva ZX-4R rinde esos 45 CV de potencia mencionados, en 400 cc, si aplicamos una regla de tres nos darían 72 CV como resultado. Pero para poder llegar hasta estos datos hacen falta una serie de especificaciones técnicas que de algún modo serían las que facilitarían estas cifras de potencia. Partiendo de la base de que se espera que la nueva ZX-4R emplee el propulsor de su hermana pequeña, pero convenientemente modificado respecto al diámetro y la carrera, haría falta una cifra de compresión realmente alta para poder llegar a esos idílicos 72 CV de potencia.
Actualmente, la ZX-25R declara unas cotas internas de 50 x 31,8 mm y una compresión de 11,5:1. De este modo, es muy probable que la ZX-4R declare unas cotas internas del orden de los 55 mm respecto a su diámetro y de 42 mm en cuanto a la carrera final. Pero el asunto estaría en el nivel de compresión aplicado, que es probable que se acerque a los 13,0:1, cifras realmente apretadas pero que garantizarían la fiabilidad del motor en cualquier situación de exigencia. De hecho, estas cifras ya pudimos verlas hace tres décadas en las motos que competían dentro de la clase All Japan TT-F3, donde se declaraban potencias del orden de los 90 CV con especificaciones técnicas muy similares a las que ahora se emplearían en la nueva ZX-4R.
Las diferencias entre aquellas máquinas de carreras y un modelo en serie actual están, evidentemente, en la ganancia de prestaciones mediante el uso de sistemas electrónicos. Y además se dejarían a un lado elementos exóticos como bielas de titanio o piezas aligeradas, para dar paso a otras reforzadas en acero que garanticen la fiabilidad y buen funcionamiento del conjunto. Parte ciclo y la mayoría de componentes de equipamiento es probable que los comparta con su hermana la ZX-25R, aunque algunos elementos como los neumáticos o la frenada podrían gozar de cambios sustanciales teniendo en cuenta el incremento de prestaciones.
Como siempre, cabe recordar que estas cifras serían exclusivas para el mercado asiático, ya que un motor de ese tipo, al igual que ya sucede con la Kawasaki ZX-25R no lograría pasar las restrictivas normas anticontaminación imperantes en Europa, con la actual Euro5 en vigor. De todas formas dudamos mucho que Kawasaki se plantee ni tan siquiera comercializar el modelo por estas latitudes, y es muy probable que dé a conocer la versión definitiva en el próximo Salón de la moto en Tokio, allá por el mes de marzo de este 2023.
