En el interior de Emilia-Romaña, muy cerca del mar Adriático y a orillas del río Marecchia, se encuentra Mutonia, un lugar tan insólito como fascinante. Esta comunidad artística permanente, con sus esculturas de metal reciclado, vehículos modificados y estructuras habitables de inspiración “steampunk”, evoca un escenario postapocalíptico digno de “Mad Max”.
Pero este enclave, símbolo de creatividad alternativa y vida colectiva, vuelve a estar en peligro. De hecho, el Consejo de Estado italiano ha tumbado el plan urbanístico que garantizaba su protección, reabriendo la posibilidad de un desalojo que pondría fin a más de tres décadas de historia contracultural.
- Amplía información: ¡Increíble hallazgo! La Marsh V8, la moto artesanal que brilló en el TT Isla de Man, reaparece tras 45 años
Mutonia. Orígenes de un experimento cultural
Mutonia nació a principios de los años noventa, cuando el colectivo inglés Mutoid Waste Company, conocido por su activismo artístico en la escena punk, squatter y postindustrial, fue invitado a participar en el prestigioso Festival Internacional del Teatro de Santarcangelo di Romagna. Un evento de tradición vanguardista que desde los años 70 ha acogido, con gran éxito, a artistas experimentales de todo el mundo.
Pero durante su estancia en 1991, los Mutoidi ocuparon una antigua cantera abandonada a las afueras del pueblo, a orillas del Marecchia. Allí comenzaron a construir su particular mundo: un espacio donde el arte, la sostenibilidad, el reciclaje creativo y la vida comunitaria se fusionaron en un modelo alternativo de existencia.
- No te pierdas: De Zero «S» a un loco Trike a lo Mad Max con el kit Tomcat
Con materiales descartados (chatarra, coches desguazados, componentes industriales, etc.) crearon esculturas monumentales, viviendas habitables y vehículos que parecen salidos de una película apocalíptica. Por supuesto, no tardaron en establecerse de forma permanente.
Mutonia no existiría sin su entorno. Santarcangelo di Romagna, con algo más de 20.000 habitantes, es un pintoresco municipio de la provincia de Rímini, conocido por su riqueza histórica, su arquitectura medieval y su vida cultural. Sus calles adoquinadas, su castillo y su red de cuevas subterráneas contrastan con la energía contracultural de Mutonia, pero también la enriquecen.
- Échale un ojo: Arai: «Artesanía tecnológica» de última hornada
La presencia de los Mutoidi ha añadido una capa inesperada a la identidad local, tradicionalmente abierta a la experimentación artística. De hecho, el Festival de Teatro, donde todo comenzó, sigue siendo un faro de innovación escénica. Mutonia, lejos de ser un cuerpo extraño, se ha convertido con los años en una parte orgánica del paisaje cultural de Santarcangelo.
Ya en 2013, Mutonia se enfrentó a un primer intento de desalojo, originado por una denuncia. La reacción fue masiva: ciudadanos, artistas y representantes institucionales se movilizaron en defensa del proyecto. Gracias a esta presión, se logró que la zona fuera reconocida como “parque cultural”, y se revocó la orden de desalojo.
- Amplía información: La increíble historia tras la moto protagonista de «Furiosa: de la saga Mad Max»
Sin embargo, en enero de 2025, el Consejo de Estado italiano anuló el plan urbanístico aprobado por el Ayuntamiento de Santarcangelo que protegía la cantera ocupada por Mutonia. La sentencia no ordena su desalojo inmediato, pero deja al colectivo en una situación de vulnerabilidad jurídica. La alcaldesa, Alice Parma, ha manifestado su intención de encontrar una solución negociada, pero la incertidumbre sigue en el aire.
Mutonia no es solo una comunidad artística: es también un experimento de resistencia civil, de convivencia alternativa y de reapropiación del espacio urbano. Representa un modelo de urbanismo espontáneo y de regeneración de zonas degradadas sin intervención del mercado ni de las administraciones tradicionales.
- No te pierdas: Ruedas de tractor, motor de KTM… Esta moto Monster es tan genial que podría salir en Mad Max
Su estética cyberpunk, sus performances, y su modo de vida colectiva son, en el fondo, una crítica al consumo desmedido, a la homogeneización de los entornos urbanos y a la mercantilización del arte. De ahí que se haya pedido su inclusión en circuitos culturales oficiales como la Bienal de Arquitectura de Venecia o redes europeas de espacios creativos.
El documental Hometown Mutonia (2019), dirigido por los cineastas Anna Franceschini y Alessio Galbiati, y que tienes al principio de este artículo, capturó la esencia del lugar y ayudó a visibilizar su valor artístico y social más allá del contexto italiano.
- Échale un ojo: Kawasaki Z1000 Mad Max by Unik Motorcycles
La amenaza de desalojo plantea un dilema de fondo: ¿cómo deben gestionarse los espacios ocupados por proyectos culturales no convencionales? ¿Tienen cabida en la planificación urbana actual formas de vida alternativas que desafían el modelo neoliberal de ciudad?
Mutonia representa una respuesta singular a estos desafíos: es una metáfora viva de la posibilidad de habitar el mundo de otro modo. En tiempos marcados por la crisis climática, la especulación inmobiliaria y el empobrecimiento cultural, Mutonia ofrece un pequeño faro de pluralismo y creatividad.