La Honda RC51, cuyo nombre completo era RTV (o VTR) 1000 R, es hoy en día una de esas motos con las que muchos sueñan y no es para menos. Nació con el nuevo siglo como un esfuerzo de Honda para plantar cara a Ducati en el WSBK y ¿cómo hacerlo? Pues con las mismas armas, un motor bicilíndrico de 1.000 cc en V, dejando de lado las tetracilíndricas que en cierto modo están en la esencia de la firma japonesa.
Se puede afirmar sin lugar a dudas que consiguieron su propósito ya que alcanzaron el título en dos ocasiones junto a Colin Edwards como piloto. Fue en el 2000 y 2002 luchando épicamente contra un titán como Troy Bayliss. Son dos de los únicos seis títulos de pilotos que tiene Honda en su haber en el campeonato de las motos derivadas de serie. Pero esta máquina dio más alegrías a Honda y es que en 2003 y con Nicky Hayden como piloto lograron hacerse con el AMA Superbike, uno de los tres nacionales de SBK más potentes del mundo por aquel entonces junto con el BSB y All Japan.
El caso es que para celebrarlo y como homenaje al logro de nuestro añorado Nicky, en 2004 salió al mercado una edición especial, la Honda RC51 Nicky Hayden. Hay que decir que, en realidad, la única diferencia de esta edición frente a la “estándar” era meramente estética. Un kit de adhesivos entre los que se encuentra la firma del piloto norteamericano, las placas de los números en blanco en el frontal y en el colín y el acabado de aluminio cepillado tanto en el chasis como en el basculante. Aun así es una de esas motos que a cualquiera le gustaría tener en casa y más aun si hablamos de una unidad con sólo 322 millas en su cuentakilómetros. Eso quiere decir que ha recorrido de media 18,9 millas al año, es decir 30 kilómetros lo que a su vez implica que no llegaba a completar una vuelta completa a la M30 al año.
Como no podía ser de otra manera, la unidad en venta en Texas (Estados Unidos) y por la que puedes pujar a través de Ebay está en unas condiciones impecables. Por ahora la puja está en 13.400 dólares, que al cambio actual suponen unos 11.500 euros a los que habría que sumar la importación, claro. La única pega que tiene la moto es que su anterior dueño falleció y no dejó firmado los papeles de traspaso de la propiedad del vehículo, lo que implica una gran complicación para poder circular con la moto y más aun para sacarla de Estados Unidos. Aun así, merece la pena recrearse con una joya como esta.
