Lo bueno de internet es que es capaz de hacer llegar a todos los rincones del mundo la información en un breve periodo de tiempo. Todos podemos saber lo que está pasando en Japón, en Estados Unidos, o en una fábrica de Vietnam donde en secreto están desarrollando una moto. Lo malo de internet es que los bulos no tienen límite, y la desinformación es capaz de reinar en cuestión de segundos cuando el campo está bien abonado.
Actualmente estamos viviendo una crisis energética sin precedentes, sumada a una crisis de abastecimiento por la dependencia de terceros, y culminada por una crisis de valores también atroz. El caso es que cuando el terreno está bien preparado, llevar a cabo la desinformación bien por estupidez o bien con intereses partidistas es realmente sencillo.
Tenemos a familias literalmente al límite al no poder hacer frente a las incesables subidas de precios arrastradas por el precio del combustible, el gas y la luz, por lo que es obvio que como sociedad hay que tomar medidas. Una de ellas fue la rebaja momentánea del gasoil y la gasolina, una medida que ha quedado en agua de borrajas con la más que cuestionable subida de los precios de los combustibles de nuevo. Y todo esto cuando el barril de Brent se mantiene prácticamente estable desde hace dos meses. Es decir, si el precio del combustible sube y el de las materias primas se mantiene alguien se está llevando esos 20 céntimos que aporta el estado, que no es un ente mágico, es dinero que sale del bolsillo de todos nosotros.
Ante la incapacidad de limitar los precios máximos del combustible, algo que se espera se haga con la luz, el Gobierno estudia otras medidas: un plan de ahorro para reducir el consumo general de energía. Se trata de un informe que están elaborando técnicos de la administración pública y del que se esperan conocer todos los detalles en los próximos días.
De todas las medidas filtradas, la que más ha llamado la atención ha sido la de un posible límite de velocidad en autopistas a 100 km/h. Tal como decíamos antes, en un campo abonado esta información ha corrido como la pólvora, pero es categóricamente falsa. Según ha confirmado El Economista con fuentes del Gobierno se trataría de una recomendación para los usuarios, y no de una imposición como fue la modificación temporal de velocidad a 110 km/h hace una década. Lógicamente a menor velocidad menor consumo individual, y si todos lo llevan a cabo también menor consumo global, algo que limitaría el gasto en combustible a la vez que reduciría la emisión de gases.
Además, esta recomendación incluye el no circular a más de 30 km/h por ciudad. Como decimos, en los próximos días se hará público el informe en el que también se espera que se potencie el teletrabajo, al menos en las administraciones públicas. En cualquier caso es obvio que hay que afrontar la más grave de las crisis energéticas de lo que va de siglo, que tiene muchos matices, y todo ello mientras las grandes petroleras han duplicado sus beneficios en el primer trimestre del año.
