Aún estoy asimilando la muerte de James Gandolfini, un actor enorme, tanto como su tamaño. Es imposible ver una foto suya y no ver a Tony Soprano, el ganster que interpretaba en la serie de la HBO Los Soprano, papel por el que recibió un Globo de Oro, tres Emmy y cinco premios del Sindicato de Actores.
El jueves pasado Gandolfini (odiaba que en la vida real le llamaran Tony) murió de un ataque al corazón mientras pasaba unos días de vacaciones en Roma. Tenía sólo 51 años. Nació en Nueva Jersey, cerca del barrio donde transcurre íntegramente la serie de Los Soprano, su padre era italiano y su madre, aunque americana de nacimiento, vivió muchos años en Sicilia.
Pero el motivo de traer al gran James Gandolfini a esta web es por su pasión por las dos ruedas. Era más que conocida su afición por las Harley-Davidson, era propietario de varias y se dejaba caer de vez en cuando en alguna concentración como la que se hace periódicamente en Daytona Beach.
Una moto importante en su vida fue una Vespa GTS 250 plateada, que utilizaba para sus desplazamientos diarios. Era frecuente verle con ella por las calles de Nueva Jersey, también por Manhattan.
Un buen día de mayo de 2006 James Gandolfini no pudo esquivar a un taxi y estampó su querida Vespa contra él. Fue un accidente bastante feo, de hecho le tuvieron que trasladar de urgencia al hospital para operarle de una rodilla. El trastorno fue mayúsculo por que ocurrió justo durante el rodaje de los últimos capítulos de Los Soprano. Tuvieron que ser pospuestos y la serie acabó más tarde de lo esperado. En cuanto se recuperó pudieron rodar los episodios finales y enseguida se le pudo ver de nuevo haciendo recados a lomos de su Vespa con su baúl a juego.
Descansa en paz James Gandolfini y gracias por todo.
