El informe revela que muchos usuarios renuncian a pasar la ITV porque desconfían de que su moto o ciclomotor consiga superar esta inspección técnica. Otros la consideran excesivamente cara. Y algunos se quejan del excesivo tiempo que le tienen que dedicar, dado que además del día de inspección, deben acudir alguna jornada más dado que no logran superar el examen a la primera. Este absentismo está estrechamente relacionado con el paulatino envejecimiento del parque motociclista, que en el caso de los ciclomotores alcanza cifras preocupantes, ya que más de la mitad de estos vehículos tiene diez años o más.
Según los datos, el parque móvil activo es de unos dos millones de motos y ciclomotores, pero poco más del 45 por ciento cumplen con su compromiso con la ITV. Este comportamiento pone en riesgo la seguridad del usuario, y deja al sector motociclista en una posición crítica frente a la siniestralidad de su segmento. Esta afirmación queda contrastada por el hecho de que un 40 por ciento de las motos y ciclomotores que acuden a las ITV no superan la revisión en su primera visita.
El informe revela que el 60 por ciento de los accidentes vienen provocados por defectos mecánicos o fallos de piezas, que se podrían descubrir durante la revisión. Esto supone que unos 4.000 accidentes, con más de 4.000 heridos y alrededor de 70 víctima morales, podrían haberse evitado de haber pasado por una ITV.
Por tanto, hay que perderle el miedo a la ITV. Ya no es solo una cuestión económica, es un tema de educación motociclista y buenos hábitos como usuarios. Con un mínimo de atención periódica a nuestra motos, los riesgos de no superar el examen de la ITV se reducirían notablemente.
