Yo no se a ti, pero a mí, después de unos cuantos años de moto, “marrones” de estos me he “comido” unos cuantos. Y de algunos me sabía la solución. En otros casos, algún compañero me “lo sopló” en aquel momento. Y otros cuantos me los han contado, los he leído o los he visto por ahí. El caso es que esto es una colección interesante de “solución de problemas” (algunas más “chapuceras” que otras) pero que generalmente sirven para no quedarte tirado.
Muchas de ellas sirven para un rato; solucionar el problema de forma provisional hasta que llegues a algún sitio donde terminar de arreglar el asunto. Otras, como verás, son más bien formas de prever la solución antes de que “salte el marrón”. Y aunque no te sirvan todas, si que esperamos que al menos alguna pueda ayudarte en algún caso.
Si te fijas en las que te proponemos, muchas pasan precisamente por ser previsor y adelantar la solución. Y ese es el mejor consejo para evitarte problemas: dedicar un rato a pensar que problemas te pueden surgir. No podrás prever todos, claro está, igual que nosotros no hemos tocado todos los “marrones”: hay también pinchazos, luces fundidas, espejos que se sueltan… etc. Pero en estos casos ya sabes que hacer: llevar kit anti-pinchazos, lamparas de repuesto, etc. Tampoco puedes llevar todo lo necesario para todos los problemas, salvo que lleves más equipaje que para la vuelta al mundo, pero si todos los días pasas por una zona de asfalto malo, es probable que algún día pinches. Y si todos los días circulas de noche pero por buen asfalto, será preferible llevar unas bombillas, mejor que el kit anti-pinchazos.
Ya sabes, con previsión y con pensar un rato en cuáles son los “marrones” que te pueden caer con mayor probabilidad, tendrás mucho avanzado. Por cierto, si tienes alguna solución más, no te cortes: compártela con nosotros. Seguro que a alguien le vendrá bien.
Gasolina
Despiste del piloto, la llave de gasolina (si tu moto sigue llevándolo) que se quedó en reserva y no te diste cuenta, el flotador del aforador, que se enganchó y falsea el nivel de gasolina… hasta que le das unos golpecitos en el depósito y se suelta, indicando entonces la “triste realidad” de porqué se ha parado el motor. Bueno, cabreos aparte, e insultos varios a la familia del diseñador del sistema de combustible (o a tu propio despiste), estás parado en la cuneta, no tienes la suerte de que esto pase al lado de una gasolinera ni tienes al lado un compañero bondadoso con un litro de gasolina para dejarte. Con cuidado (no la tires, a pesar del mosqueo) tumba la moto hacia el lado en que esté el grifo de gasolina. Muchos depósitos no son planos por abajo y al tumbarla y moverla puede que algo de gasolina que se había quedado en algún “recoveco” llegue al grifo o a la bomba de gasolina y te permita hacer algunos kilómetros más. Con suerte, encontrarás una gasolinera.
Combustible equivocado
Muy típico en los que, además de ser despistados, tenemos un coche diesel. Ponte en situación: a las tantas de la mañana, con el sueño todavía puesto, llegas a la gasolinera, al poste donde sueles repostar el coche, coges la manguera, te pones a echarle a la moto…y cuando llevas no se cuantos litros ves que es la negra. Del mismo color del que se te acaba de poner el ánimo.
No llores, que no se ha roto nada… pero si te pasa al contrario, le echas gasolina a tu coche de gasoil, cuidado, que revientas el motor si no te das cuenta y haces unos kilómetros. En las motos, salvo Sommer Diesel, una alemana muy rara y alguna otra cosa extraña, los motores de gasolina no se rompen. Es como si le echases agua, ya que el motor de gasoil funciona con una compresión de casi el doble (o cerca) que el de gasolina. Como nuestro motor no comprime la mezcla lo suficiente como para hacerla explotar, simplemente, se para. Tendrás que sacar todo el gasoil del depósito, por el grifo o por el tapón, desmontando o ya sabes, tubo de goma y “chupetón”.
Después, llénalo hasta arriba de gasolina y prueba Si no has llegado a arrancar, no hay más problema: la gasolina se mezclará con los restos de gasoil en una proporción tan baja de gasoil que no se notará. Si lo has arrancado tendrás todo el circuito de alimentación lleno de gasoil, por lo que es recomendable intentar vaciarlo. Si puedes, saca la bujía y dale al arranque con ella quitada. Esto hará que salga el gasoil del circuito de alimentación. Móntalo todo y dale al arranque. Si no puedes, simplemente buena batería (o puente con otra) y haz girar el motor un rato con el cortacorrientes para que entre gasolina y “limpie” en lo que pueda el circuito. Al final, conseguirás arrancar y al cabo de unos kilómetros el asunto pasará a la categoría de simple anécdota.
Acelerador
No veas la “risa” que da cuando el cable del acelerador se rompe. Ese día que vas con prisa y de repente se queda “la muy pu…” al ralentí. Pero bueno, es normal: todos los libros de usuario dicen que los compruebes, pero no lo hacemos nunca. Como máximo, los más precavidos pegan un par de golpes de gas a motor parado para comprobar holguras y posibles enganches del cable. Si tu moto (moderna y 4T es más que probable) lleva dos cables (apertura y cierre del acelerador), tienes un marrón mucho mayor. Si no es así, o el sistema permite desmontar el 2º cable puedes hacer lo siguiente:
Necesitarás unos alicates y “un palito”. Este último, si llevas las herramientas, te servirá el del destornillador. Saca el cable roto del puño. Al estar partido (es raro que se partan por la mitad o por el lado del motor) saldrá tirando un poco. Con cuidado de que la funda del cable no se mueva, suelta los hilos que forman el cable, al menos en dos grupos. Luego, con los alicates, trénzalos todo lo que puedas alrededor del palo del destornillador. Así consigues un tirador que te permitirá acelerar hasta que llegues a tu destino, apoyando la palma de la mano en la punta del manillar. Comprueba en parado que el “invento” funciona y si tu moto llevaba cable de cierre comprueba también con motor en marcha, en punto muerto que el gas se cierra al soltar. Y ya tienes un acelerador “de emergencia”, que si bien, no te va a permitir hacer vueltas rápidas, si que podrás seguir. Con cuidado, eso si.
Embrague
Marrón importante, aunque raramente te dejará tirado del todo. Es más cuestión “sicológica” del daño que le voy a hacer a mi pobre caja de cambios que de verdad, si tienes cuidado, lo que vaya a ocurrir. Y entiéndeme bien, que cambiar sin embrague es, cuando menos, poco aconsejable. Puedes intentar el truco “del palito”, como en el caso del acelerador, pero generalmente está suficientemente duro como para que no sea práctico: o no puedes tirar del cable o simplemente no puedes soltar con la suavidad necesaria.
Así que te queda empujón (o cuesta abajo) y meter la marcha “a capón”. Procura cambiar las menos veces que puedas y con suavidad. No cortes gas del todo: muchas cajas de cambio engranan mejor marchas sin embrague cuando sus ejes están girando a determinado régimen. No es algo que se pueda saber de antemano por el modelo de moto. Prueba en tu moto, abriendo gas despacio y dando despacio al pedal del cambio, a ver cuando entra la marcha bien. Y repara el cable cuanto antes.
Llaves
Ducati, Daelim, Peugeot… Así, de memoria recuerdo estas motos. Son modernas y con mucho equipamiento “futurista”. Entre otros, llaves de proximidad. El problema es que en ciudades como Madrid, repleta de edificios y coches con inhibidores de señal, a veces fallan. Es un “marrón siglo XXI” en toda regla. Estos inhibidores impiden que funcionen los mandos a distancia, interfiriendo en su señal y son, por tanto, medidas de seguridad que evitan atentados. Pero también interfieren en la señal de esa llave a distancia de tu moto y poco, salvo empujarla hasta estar a una distancia prudencial, puedes hacer. Algunas marcas (Ducati) ya han previsto esto y tienen métodos alternativos, como introducir con los mandos un código predefinido con el cual podrás arrancar.
Otras veces no tienes esa solución y lo que si puedes es acercar el mando lo más que puedas al sitio donde este el captador de señal mientras pulsas el arranque. En los Daelim S3, por ejemplo, es bajo el asiento, cerca del suelo del scooter. No es “la purga de Benito”, pero con un poco de suerte tendrá señal suficiente para reconocerlo y arrancará. Si el “maldito” inhibidor está es un coche oficial, el asunto es más fácil. A mi me ha pasado en casa, y si son gente “enrollada” y no hay peligro de atentado inminente (si no, ponte a correr) puedes pedirles que lo desconecten un momento.
Perder las llaves
Aplicando la “ley de Murphy” esto, de perder las llaves suele ocurrir sólo en dos casos: el día que más prisa tienes o el día que más lejos has llegado de tu casa. No hay solución fácil, salvo “robarte al moto” a ti mismo, forzando el bloqueo de dirección y haciendo un puente en el contacto… cosa que supone un “facturón” de taller de importancia. Eso, si tu moto no lleva llave codificada, porque en ese caso, ni por esas.
No hay solución cómoda o rápida para esto. Te queda el volver a casa en taxi o llamar a ver si alguien te puede llevar ese segundo juego de llaves que debes tener. Pero si eres precavido y sabes que esto puede pasar, puedes hacer lo siguiente: Con un segundo juego de llaves, bien envuelto en cinta aislante o en una funda ajustada y bien cerrada, bolsa o similar, busca en los pasos de rueda, en el carenado o en sitios de tu moto que sólo tú conozcas y accesibles desde fuera. Sujeta ahí ese paquete que has hecho de forma que quede firme (que no se vaya a caer) y que de ninguna forma se vea desde fuera. El día que pierdes el juego de llaves, ahí tienes el de repuesto, siempre a mano.
Batería
Este es el día en que te acuerdas de tu antigua moto, aquella que tenía pata de arranque, pero en fin. No suele ser un problema grave si tienes una de estas dos cosas: una cuesta cerca o un amigo que te empuje. Arrancas a capón y ya está: a la tienda de recambios, a comprar una batería. Más problemático suele ser cuando el tema viene después de una larga temporada sin tocar la moto. Si no has tenido la previsión de desconectar la batería y guardarla en un sitio a temperatura media, es muy probable que esté por debajo del mínimo necesario para “revivir” al arrancar o al meter unos cables puenteando. En ese caso, no hay más remedio que cambiarla. Otro caso muy actual es el que se da con algunos modelos de moto o scooter. TMax y Kymco SuperDink son buenos ejemplos: la batería esta escondida a base de bien. Para acceder a ella en el TMax tendrás que desmontar espejos, cúpula y frontal. En el SuperDink el asiento completo y el hueco del casco. No es plan, en medio de la calle y “de emergencia”. Lo mejor, prever el asunto y hacer una instalación paralela para estos casos.
Con un cable de sección suficiente y bien aislado, desde el polo positivo hasta algún “escondrijo” (detrás de los faros en el TMax o en la tapa de la toma de diagnosis en el Kymco los he puesto yo), a un terminal al que puedas meter un cable para hacer el puente. Este terminal tiene que quedar bien aislado, para que no toque con el chasis y provoque un corto. Tampoco tiene que estar fijo: vale con que no se mueva, pero que puedas tirar de el y sacarlo para usarlo en caso necesario. Por cierto, si te ocurre de repente, sin haber tenido la moto parada mucho tiempo, y con grave mosqueo por que la batería no es vieja, comprueba el sistema de carga en cuanto puedas: no vayas a comprar una batería que se va a “cascar” a la semana por problemas en el regulador o alternador.
Papeles
No, no me refiero a ese “enlatado” que te pega un “cerrojazo” en una rotonda, o al camión de delante que va soltando gasoil por las curvas. Esos también son marrones, pero se solucionan con calma y algo de educación por parte de todo el mundo.
Me refiero al momento en que te das cuenta que no sabes donde para la documentación de la moto, que es otro de esos ratos en que te da la “risa floja”. Es un problema, no cabe duda, y no te voy a dar “métodos detectivescos” para que aparezca, si no cómo evitar “el marrón”.
Si ya la has perdido irremediablemente, la documentación principal, ficha técnica y permiso de circulación se recuperan mediante un proceso tedioso pero no complicado ni excesivamente caro. Lo primero es pasar la ITV por perdida de documentación. Si es una de las ITV “grandes” de tu comunidad autónoma te expedirán una nueva ficha técnica en el momento. Si es de las normales, tardarán unos días. Con la ficha te vas a la Jefatura Provincial de Tráfico que te corresponda y allí, previo pago de las tasas correspondientes, te darán un duplicado del permiso de circulación.
Pero para que no te vuelva a pasar, acostúmbrate a llevar una copia compulsada. Es lo que hacen, por ejemplo, con los coches de alquiler: llevas la documentación a Tráfico y unas fotocopias y ellos sellarán y firmarán la copia como auténtica, que puedes llevar encima tranquilamente. Y la “buena”, guardada en casa, a buen recaudo.
Antirrobo
Piñazo seguro. Y si no es caída “fisicamente”, muchas veces si que es disco doblado o pinza de freno (o soporte, que no se que es peor) partido. Esto ocurre si sales deprisa y el candado permite una vuelta completa de rueda, ya que puedes ir suficientemente rápido como para que el “porrazo” que da el candado dé contigo en el suelo o con alguna de esas roturas que decimos… además del ridículo que supone, por propia experiencia, irte al suelo delante de un montón de gente que espera el autobús por allí.
Lógicamente, y al igual que en otros casos, la única solución es ser previsor. Yo, personalmente, prefiero utilizar candados en “U”. Son más engorrosos de transportar, pero también, si es bueno, más seguro: más difícil de abrir para el ladrón y no permite que la moto se mueva nada, si está bien puesto. Otra solución son los candados con alarma: en el momento en que muevas la moto saltará, y aparte del “corte” de que alguien te mire, te recordará que esta puesto. Una solución menos convincente es el “cablecito” que va desde el puño: algún gracioso lo puede quitar e incluso cortar y ya no verás que el candado está puesto. Y por supuesto: la pegatina en el manillar de que te acuerdes del candado sirve el primer día. En cuanto pase una temporada ahí puesta, pasará a formar parte “del paisaje” y sólo te llamará la atención el día que falte. Otra solución es poner siempre el candado en posición que en cuanto muevas la moto “un milímetro”, haga tope y te des cuenta. Este sistema también falla en cuanto lleves prisa, eso si.