Siempre que emprendemos un camino en moto llega el punto en el que, obligatoriamente, tendremos que parar, aparcar la moto y bajarnos, es ley de vida. Y, aunque parezca mentira, ese es uno de los puntos, cuando la moto está parada, cuando más vulnerable es a todo el que se acerca, ella sola, indefensa ante el mundo… Aprovechamos para dejar un primer consejo, si la moto no es tuya ni se te ocurra tocarla, de lo contrario la broma te puede salir cara.
De hecho, para muestra un botón y es que nos ha llegado este impactante vídeo que no sabemos ni cómo explicar sino es con maldad o enfermedad mental. Podemos ver una moto estacionada (luego iremos a los detalles de cómo estacionarla correctamente) y, de repente, aparece una señora ya entrada en años que parece dirigirse al coche que hay aparcado. La moto también parece molestarle y es entonces cuando llega el momento cumbre, empieza a moverla. Como bien sabes, mover una moto requiere de ciertas habilidades y algo de fuerza y queda claro que la protagonista ni las tiene ni las quiere usar. Después de empujar de mala manera la moto, cuando parece que hay espacio suficiente para entrar, sigue empujándola y acaba tirándolo. Es aquí cuando llega el desastre y es que la moto acaba en el suelo. ¿Qué hace la señora? Pues lo más impresentable posible, irse como si no pasase nada. Unos cuantos cientos o incluso miles de euros en reparaciones para el propietario porque a una señora le ha dado la ventolera.
Pero ¿Se podría haber evitado toda esta situación? Bueno, dejando de lado la vergonzosa actuación de la señora, sabemos que siempre hay ciertas cosas que podemos hacer para salvaguardar la integridad de nuestra moto. En este caso concreto, si se hubiera puesto el caballete hubiera tenido imposible mover la moto, al igual que si se hubiera puesto un antirrobo. De hecho, siempre que aparques la moto en la calle y si tienes esa opción, usa el caballete (y un antirrobo) además del bloqueo de la moto. Pero hay más cosas que puedes y debes tener en cuenta para estacionar la moto correctamente.
Otra de ellas es la de intentar siempre que esté en un sitio plano, le dará mayor estabilidad. Además no olvides dejar engranada una marcha (si tiene, claro) pues evitará también desplazamientos involuntarios, además de ser un arma infranqueable para alguien del estilo de la protagonista del vídeo y es que ¿acaso crees que hubiera encontrado el punto muerto?
También es infalible el tener en cuenta al resto de usuarios de la vía. Es decir, si aparcamos en una acera, además de asegurarnos de cumplir la normativa municipal podemos y debemos pensar en si molestamos a los peatones, si hay espacio suficiente para que pase una persona de movilidad reducida, unos padres con sus niños… En caso de que dejemos la moto en los aparcamientos de calzada, la recomendación lleva a hacerlo en lugares que estén habilitados para motos, porque será más complicado tener percances (que no imposible), y en caso de estacionar en lugares donde compartimos espacio con otros vehículos, no olvides respetar el espacio que necesitan para hacer la maniobra a la hora de salir. Cuanto más fácil se lo pongamos, más difícil será que nos toquen sin querer y la moto acabe en el suelo.
En resumen, al igual que hacemos cuando vamos en moto y adoptamos una conducción defensiva, a la hora de aparcar la moto debemos hacer lo mismo. Y ser también algo empáticos con los demás.
