Los pilotos de MotoGP están cada vez más descontentos con el tipo de neumático que ha decidido hacer Michelin, que se ha decantado por carcasas más rígidas para asegurar la fiabilidad y evitar los incidentes sufridos por Loris Baz y Scott Redding. Pero al ser el neumático más rígido hay menos superficie de contacto y la potencia se pierde por el derrapaje. En Jerez, nadie se llamó a engaños cuando el viernes se encontraron con un asfalto con poco agarre, porque no era una situación nueva para los pilotos: “Ya el año pasado patinaba mucho, y cuando estuvimos en noviembre entrenando era otra moto, pero había poco ‘grip’, así que con los neumáticos ya esperábamos que hubiese poco ‘grip”, dijo el viernes Marc Márquez tras la primera jornada de entrenamientos.
El sábado, Jorge Lorenzo ya avisaba sobre la situación que se dio el domingo, con los neumáticos patinando en las rectas: “En el ángulo del neumático hay bastante ‘grip’, pero en cuanto levantas la moto con los nuevos neumáticos en este asfalto estamos teniendo bastantes problemas, mucho ‘spinning’, muchas derrapadas laterales, y centrales, y la verdad es que cuando el neumático trasero baja se mueve mucho, y tienes que ser muy fino con el gas”, dijo. Esa finura fue la que terminó dando la victoria a Valentino Rossi.
El notable incremento de temperatura del domingo respecto a las jornadas precedentes influyó de forma determinante en el desarrollo de la carrera, porque el asfalto estaba 15ºC más caliente que el sábado. Tras la sesión clasificatoria y a la vista de las previsiones meteorológicas, Lorenzo no le dio demasiada importancia a la temperatura. “Incluso con calor iremos muy bien; no va a depender mucho de la temperatura”, dijo, y mucho menos al peso, porque también le preguntaron si el mayor peso de Rossi (65 kilos frente a los 59 de Márquez y los 51 de Pedrosa), podía influir a la hora de obtener más tracción. Pero Lorenzo, solo un kilo más ligero que Rossi, no le concedió la menor importancia.
Dani Pedrosa fue uno de los que más sufrió, y es, seguramente, el más crítico. La combinación de la falta de agarre con el neumático duro y su reducido peso hizo que la carrera fuera un tormento para él: “Era como rodar en agua”. Y dio unas indicaciones claras sobre la situación de callejón sin salida en la que se encuentran los constructores: “Necesitamos más días de entrenamientos para entender los neumáticos. No podemos encargar a Honda un basculante nuevo o una especificación diferente, si luego seis meses después Michelin cambia el neumático. No podemos perder ese tiempo ni invertir tanta cantidad de dinero por algo que sabemos que no va a funcionar a largo plazo”.
“Estoy contento con la mejora realizada en el neumático delantero, pero trayendo ahora este compuesto más duro estamos teniendo más problemas en el trasero”, se lamentó Lorenzo el domingo. “No había tracción y había que cortar gas al 80 por ciento”, insistió. Rossi también destaca el buen funcionamiento del delantero, pero le preocupa el problema que se presenta detrás, aunque fue el más hábil de todos y le sacó partido: _“Al principio Michelin empezó bastante mal con los neumáticos, pero ahora hemos entendido bastante bien como usarlos y trabajar la puesta a punto”, dijo Valentino.
El problema es que no hay una solución inmediata. No se prevé que llegue un nuevo neumático trasero hasta el Gran Premio de Cataluña, aunque será con la misma carcasa rígida que se usó en Jerez y que se usará el resto de la temporada, según confirmó el propio Nicolas Goubert. Es decir, que la historia se puede repetir en las próximas carreras.
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