Para quienes se han criado con la comodidad y facilidad de rellenar el depósito de la moto y seguir en marcha sin más problemas el salto a lo eléctrico supone, en muchos casos, un desafío. Hablamos de cambiar la despreocupación de repostar cuando se encienda la luz de reserva a ser previsores y destinarle más tiempo hasta estar listos para reemprender la marcha. Es por eso que la autonomía en las motos eléctricas se mira con mucho interés para saber si se podrá adaptar a nuestras necesidades o no. Esto mismo pasa exactamente igual en los coches, donde un reciente estudio llevado a cabo en la primera edición del EcoBest Challenge Electrified by VinFast ha realizado una prueba de autonomía real que nos ha suscitado algunas dudas.
Este estudio, llevado a cabo por coches.net en colaboración con Autobest y Circutor ha seleccionado a 15 vehículos vendidos en España actualmente. Todos ellos debían contar con una autonomía homologada de, al menos 200 kilómetros, y tener un precio de hasta 35.000 euros antes de impuestos. El resultado es categórico y es que ninguno de los 15 modelos examinados consiguió alcanzar su autonomía homologada y solamente dos de ellos (Dacia Spring) y Kia e-Niro superaron el 95%. Otros tres superaron el 90% de la autonomía WLTP y el resto estuvo por debajo de estas cifras con cinco coches que ni siquiera alcanzaron el 80%. Las pruebas se llevaron a cabo en las mismas condiciones y con recorridos mixtos de 60 kilómetros con un 50% en autopista, un 30% en carretera y el 30% restante por ciudad. Cuando los coches marcaron una autonomía inferior a 60 km iniciaban un nuevo recorrido de 22 km de características similares. Además, los conductores fueron cambiando de coche cada 30 km y todos circularon en convoy detrás de un coche guía que marcaba la velocidad media. Para terminar se iniciaba un recorrido urbano cuando la autonomía marcaba menos de 22 kilómetros y hasta indicar el 0% de la batería, momento en el cual se pasaba a un circuito interno hasta que el vehículo se detenía por completo.
Como puedes ver, la prueba era meticulosa, se buscaba la mayor rigurosidad posible y despejar dudas. Pero ahora estas dudas nos llegan a nosotros en nuestro sector y antes de poder llevar a cabo una prueba similar, algo nada sencillo dicho sea de paso, queremos intentar poner sobre la mesa la situación. De entrada hay que decir que los criterios de homologación de moto y coche son muy diferentes puesto que, por ejemplo, en la moto los consumos externos (calefacción, multimedia…) son inexistentes y no van a aumentar el consumo eléctrico. Además, también hay que decir que hay marcas y marcas y mientras que algunas solamente nos muestran una autonomía, que normalmente suele ser urbana, otras sí nos ofrecen información de usos mixtos, usos en autopista, carretera, ciudad…
Aun así, debemos tener claro que las pruebas de autonomía y consumo suelen hacerse siempre en condiciones lo más optimas posibles y que en el sector de la moto podemos decir con orgullo que (al menos con las de gasolina) suelen acercarse bastante a la realidad. Por norma general en los motores de combustión las cifras no difieren en exceso e, incluso, alguna vez hemos sido capaces de bajarlas si hemos tenido factores meteorológicos a nuestro favor. En cualquier caso, hay que entender que esas cifras pueden variar mucho en un uso real, por ejemplo si paramos y arrancamos con más frecuencia o hacemos tramos a más velocidad, tenemos viento en contra… También dependerán de nuestro peso y nuestra corpulencia y, por supuesto, de nuestro estilo de conducción. Cuanto más suave conduzcamos mejor autonomía tendremos tanto si se trata de una moto eléctrica como de combustión.