Si buscas un vehículo lógico, para moverte por ciudad lo que de verdad necesitas es que sea económico, fiable y ágil. Si además es moderno, de buena marca y tiene hueco y sitio para llevar las cosas que necesites transportar, el Peugeot Kisbee 100 puede ser tu mejor opción.
Cumple con todos estos requisitos, desde luego. Es barato (1.499 €), económico de mantener, gracias a su pequeño motor 4T y a una construcción robusta* y de componentes muy normalitos. Es pequeño, más de lo que parece cuando lo ves en las fotos. De hecho, es del mismo tamaño que el 50 cc, sólo que además tiene las ruedas ¡más pequeñas!. Así, con un radio de giro de “moto de trial” y con menos de 100 kg de peso, es capaz de meterse por los recovecos más estrechos y canijos que te puedas encontrar en las congestionadas ciudades.
Realmente es un scooter bien pensado para estas lides. Deriva de su hermano pequeño, presentado ya hace un par de años. Emplea básicamente la misma carrocería y chasis y las diferencias entre ellos son mínimas. Aparte del motor, el 100 es dos centímetros más bajo de asiento por las llantas de 10” que utiliza. Pesa 97 kg, 12 más que su “hermano pequeño”, el 50 4T, pero aún así es igual de ágil, sólo que con un respuesta del motor mucho más apropiada para moverte entre coches.
Básicamente lógica
No hay pantallitas digitales. Ni cúpula. Ni siquiera un disco trasero de freno y el delantero, de 170 mm parece más un “Compact Disc” que un disco de freno. Pero todo trabaja bien. Y en el día a día de la ciudad, no echas nada importante en falta. Esta bien pensado y, por ejemplo, en Peugeot no se han olvidado de poner una pata lateral con desconexión del motor: de recados por la ciudad es un engorro tener que subir siempre el scooter al caballete. Ni tampoco de poner la apertura del hueco del casco en la llave de contacto, lo que evita tener que andar buscando la dichosa cerradura lateral. No quiere decir esto que sea un scooter de lujo: no tiene ni una gota de “excesos”. Pero si aquellos elementos de los que en algunos scooters básicos se prescinde y luego si que echas de menos. Con un pero: si se han olvidado del reloj horario, algo muy importante en este tipo de vehículos.
El cuadro es escueto. Un velocímetro, el nivel de gasolina y testigos de intermitencia y largas. No hace falta más. Las piñas funcionan bien, son de esas en las que la intermitencia se anula con un botón puesto sobre el interruptor que se desplaza entero hacia los lados. No tienen una gran pinta, pero funcionan bien.
Por la parte positiva, tiene un buen hueco bajo el asiento, considerando su tamaño. Puedes guardar bien un casco integral. Si necesitas llevar objetos de más tamaño, siempre puedes recurrir a su suelo plano. Y para la bolsa del gimnasio o las de la compra, también en el contraescudo hay un gancho desplegable. Lo que te digo, sólo el reloj se les ha olvidado.
En marcha: más que lógico
Sinceramente, cuando ves el Kisbee 100, parece poca cosa. Su pequeño tamaño, sus ruedas de 10”, el cuadro, bien diseñado pero con poca “historia”. Te sube la típica sonrisa de “esto es un juguete”. Te subes, maniobras con el parado como si fuese un “cincuentilla”, pero además de los pequeños. Y te dices, “bueno, ágil, es un rato…”
Arrancas y sales. La primera impresión es que, a pesar de su tamaño, es cómodo. Lás suspensiones además trabajan bien. No hay mucho recorrido y detrás sólo hay un amortiguador. Pero no hay flexiones ni malas respuestas por su parte. Sorprende que su capacidad de acelerar desde parado es muy similar a la de un 125cc; un punto a su favor. No vas a buscar en un scooter como el Kisbee que sea un misil en la carretera, pero al menos, en los semáforos, que salga bien. Y vaya que si lo hace. De hecho, en los primeros 100m es más rápido que muchos GT 125. Buen par y poco peso logran el milagro. En ese momento es cuando ves la lógica del asunto. Y si ya, dentro de la ciudad tienes “la suerte” de pillar un atasco, ya no es que veas la lógica del Kisbee; es que te entran ganas de darle un beso. Gira un montón, no pesa, es estrecho y corto. Por donde no pases con un Kisbee, sólo pasas andando. Cuando llegas a tu punto de destino, pata de cabra, casco bajo el asiento y ya esta. No hay necesidad de subirlo al caballete (que lo tiene) ni estás obligado al casco jet. Desde luego, en ciudad, es un arma de cuidado. Lógico.
Al final resulta hasta divertido llevarlo. Las ruedas de 10” dan cierta sensación de nerviosismo al principio, pero no llega a moverse. Eso si, ojo con baches grandes: esas ruedas pequeñas se meten dentro del todo. Las suspensiones ayudan, pero tampoco son las de una enduro, que se lo tragen todo. Los neumáticos Cheng Shin Tire, de origen chino (esta moto se fabrica allí, bajo supervisión de Peugeot), no son una maravilla, pero si agarran en seco lo suficiente como para tumbar bien. Si te dedicas a ello, puedes llegar a pegar unas plegadas de lo más curiosas, pero no es lo suyo. Frena bien, tiene buen tacto con el pequeño disco delantero y el tambor también cumple su función muy correctamente.
Es en la carretera donde el Kisbee deja de estar en su ambiente. El pequeño motor de 102cc es capaz de llevarte hasta casi los 100Km/h de marcador, si pillas una cuesta abajo . Pero lo cierto es que llaneando no llega a los 90Km/h reales. Es más que suficiente en ciudad, y más cuando en aceleraciones hasta 200m, cumple muy bien. Pero en la carretera los coches pasan a tu lado con una importante diferencia de velocidad. Y el Kisbee, con 97Kgs de peso y ruedas de 10” aguanta el tipo, pero no es divertido.
Valoración final
1.499 € y tienes un scooter nuevo. Si te vas a mover sólo por ciudad, tu urbanización, pueblo o lo que sea y tu intención no es coger autovías ni autopistas, ten por seguro que el Kisbee cumple, en casi todo, mejor que muchos scooters grandes. Por este precio, la lógica del Kisbee es aplastante. Va bien como herramienta de transporte urbano, es de una marca de reconocido prestigio y no se echa en falta ningún elemento de confort importante, salvo el maldito reloj horario que te decía. Y desde luego, si echas cuentas de lo que te gastas en moverte en coche o incluso en transporte público… Verás si es lógico. En dos años, está amortizado. Y encima sin atascos ni esperas ni incomodidades. Más lógico, imposible.
Lo mejor
- Relación calidad/precio
- Agilidad y manejabilidad
- Equipamiento lógico
Mejoraríamos
- Velocidad punta en carretera
- Llantas de 12”
- Reloj horario