Hablar de Vincent es nombrar a la intocable de las dos ruedas, una de esas marcas británicas de prestigio con escasos modelos producidos, pero bajo una excelente factura, con características y prestaciones supersónicas para su época. La historia de la marca comprende menos de tres décadas (1928-1955), suficientes para que las motos de Philip Vincent cambiaran la historia de la moto para siempre.
Si bien la Black Shadow es su modelo fetiche y tiene más nombre, no podemos olvidar que una Black Lightning de 1951 batió todos los récords de subasta hace dos años, vendiéndose por la módica cifra de 1 millón de dólares. No deja de ser la versión de competición de la primera, por lo que adquiere un toque racing único en su especie. Dentro de 5 meses (26-31 de enero) la prestigiosa casa de subastas Mecum sacará otra de estas joyas a la venta en un evento en Las Vegas.
Las principales características de la Vincent Black Lightning pasan por su motor V-twin OHV de aire y 1.000 cc con escapes abiertos dobles, carburadores de carreras Amal, asiento monoplaza corrido, guardabarros de aluminio cortos, manillar plano, estriberas retrasadas y doble instrumentación Smiths. Se logró un peso de sólo 170 kg para la época, con una potencia de 70 CV. El 13 de septiembre de 1948, Rollie Free logró el récord americano de velocidad en moto al alcanzar 239,1 km/h sobre la superficie del lago salado de Bonneville (Utah). La unidad subastada (lote R410) luce número de motor #F10AB/1/3641 y chasis #RC5541.
