En una época en la que todo ya era Euro (ponga aquí el número que desee) y control de emisiones, Eskil Suter imaginó una moto de competición como las de toda la vida, es decir, de cuando MotoGP no existía y todos hablábamos del Campeonato del Mundo de Velocidad. Una moto con un motor sin válvulas pero sí con agujeros, con escapes humeantes y olor a aceite quemado. Una moto de dos tiempos. Una Suter MMX 500.
Motor de 576 cc, V4 dos tiempos, inyección electrónica, cigüeñal contrarrotante y una potencia que rozaba los 200 CV, todo ello aderezado con un chasis con los que Suter es capaz de ganar el Mundial de Moto2, unos componentes de primer nivel (Ohlins, Brembo, OZ Racing, Akrapovic, etc) y un peso de solamente 127 kg. Como os podréis imaginar, no era barata ya que costaba la friolera de 110.000 euros en 2015.
La previsión era fabricar un total de 99 monturas pero al final resultó que el proyecto era demasiado ambicioso y solamente se fabricaron un total de 18, todas por encargo y con la posibilidad de que el propietario eligiese el número de la unidad (del 1 al 99). Y la que tenemos aquí es la 69 de 99 y que perteneció a Michael Woolaway, de Deus Ex Machina, ahora en subasta por Iconic Motorbike Auctions.
Michael le ha hecho unos 800 km antes de enviar el motor a Suter donde lo reconstruyeron por completo y le añadieron las mejoras de las últimas unidades, tanto en componentes como en electrónica. 195 CV a la rueda junto a casi 5.000 euros en repuestos además de aceite, una rueda trasera con disco flotante, manuales, etc.
La puja está ahora mismo por 60.000 dólares y termina el martes, pero todavía no se ha alcanzado el precio de reserva. Haga sus apuestas. ¿Superará el precio de una unidad nueva? Nosotros creemos que sí, que si se vende lo hará incluso por encima de los 120.000 euros. Ese el precio de la exclusividad.
