Toda la vida ha habido quienes se creían por encima del bien y del mal, personas capaces de saltarse a la torera las normas y encima presumir de ello. Todos hemos conocido en nuestro barrio o en nuestro pueblo a esa persona que le daba igual todo, y que con tal de salirse con la suya era capaz casi de cualquier cosa. Visto ahora con la perspectiva que te da la edad, no eran más que pobres desgraciados buscando atención y puede que pienses: “Vale, pero ¿qué tiene que ver esto con las motos?” Pues porque esa es la teoría más plausible para una de las acciones más tontas que recordamos en los últimos tiempos y eso que hace muy poco un tipo robó un banco para comprar una moto, y luego se hizo las fotos para las redes sociales del concesionario.
En este caso no nos tenemos que ir muy lejos, sólo hasta el norte de Francia, cerca de la frontera con Bélgica y también, relativamente cerca de Dunkerque. Retrocedemos hasta la primavera del año pasado, 2021, cuando el radar automático de Billeul en la A25 cazó 4 veces en quince días a la misma moto circulando a más de 200 km/h.
No hay que ser muy inteligente para pasar a esas velocidades por delante de un radar, y menos aún para pasar “saludando” con un dedo en alto para lo que necesitas soltar la mano. Pero su plan, como el del amigo vietnamita del robo, no tenía fisuras o, al menos, eso pensaba él. Decidió quitar o tapar (depende del momento) la matrícula, así que quedaba claro que era un acto deliberado, y la policía francesa entendió que se trataba de un acto deliberado. Cuando se pusieron a revisar más radares vieron que en la A1 a la altura de Seclin hacía lo mismo.
Para decepción de la CRS, el cuerpo que se encargó de la investigación, sólo tenían foto de una deportiva con un escape concreto. Lejos de darse por vencidos empezaron una investigación de tres meses en las que identificaron 20 motos con ese tipo de escape en la zona, y comenzaron a ir uno por uno a buscar quién era el infractor. Finalmente dieron con el personaje en la localidad de Tourcoing, aunque él no reconocía los hechos. Sin embargo tanto la moto como su equipamiento coincidían con los de las fotos. Aun así eso no era motivo suficiente para poder sancionarle hasta que apareció el teléfono móvil, que constataba que había estado en las zonas de los radares en el tiempo de la infracción.
El pasado martes tuvo que comparecer en el tribunal de Dunkerque acusado de varios delitos de exceso de velocidad y, también, de desacato. Una historia digna de película que demuestra que siempre hay alguien más listo que tú…
