Suzuki renovó su superdeportiva GSX-R 1000 en 2017 y la ha mantenido hasta este año como su Superbike de bandera. Para 2020 podría haber renovación y los rumores apuntan a que en el motor habrá cambios, en concreto en su sistema de distribución variable SR-VVT. No sólo es cuestión de ganar en prestaciones, que también, sino sobre todo un tema relacionado con las cada vez más restrictivas normas de ruido y emisiones. Cada vez está más cerca el próximo escalón, la Euro 5, y los fabricantes se preparan para una norma que pondrá todavía más difícil la supervivencia a motos como ésta.
El sistema de distribución variable de la actual Suzuki GSX-R 1000 consiste en un engranaje “móvil” en el árbol de levas de admisión. Funciona de forma mecánica, y a cierto régimen: un conjunto de 12 bolas metálicas se desplazan (de forma parecida a en un variador de scooter) alterando el diagrama de distribución entre el de bajas revoluciones y el de rendimiento máximo. El nuevo sistema tendría un actuador hidráulico con control electrónico, como el ShiftCam de la BMW S 1000 RR rival y posiblemente como lleve la próxima Honda CBR 1000 RR.
En lugar de ser un cambio “fijo” que depende como ahora del peso de la bolita metálica y la fuerza del muelle que la sujeta, podría modificar la distribución cuando las condiciones y el mapa de gestión del motor lo requieran. En la nueva Suzuki GSX-R 1000 el dibujo de la patente muestra unos actuadores en la zona de la culata que claramente tendrán esa función. Además parece que funcionará modificando no solo la posición del árbol de levas de admisión sino también el de escape, para tener un control total del motor. Con la Euro 5 podría ser que viéramos este sistema en alguna otra Suzuki además.
