Daniel Kemnitz es un joven diseñador danés, nacido en Copenhague, que cursó el curso de Diseño de Transporte en el IED de Turín de 2018 a 2021. Para terminar sus estudios sorprendió, a profesores de la talla de Ángel Lussiana (diseñador de Moto Morini en máquinas como la X-Cape, la Seiemmezzo o la Milano) con su tesis de fin de curso, la Ducati Ghost.
La Ducati Ghost es el sueño de una moto deportiva híbrida con altos elementos conceptuales de lo que podría llegar a ser el futuro de las Street Fighter.

Por otro lado, la marca de Bolonia anunció que se convertiría en el único proveedor de la Copa del Mundo de MotoE en 2023. Como ya os contamos, las primeras Ducati MotoE han rodado en circuitos como el de Misano con mucho éxito. Para Ducati, esta competición será el campo de pruebas perfecto en que desarrollar su futuro modelo eléctrico de producción en serie.
Sin embargo, el diseñador digital Daniel Kemnitz ha imaginado una máquina híbrida, no 100% electrificada como la Ducati de MotoE, en la cual la gasolina comparte protagonismo con la electricidad. Para Daniel prima la versatilidad, aunando lo mejor de cada mundo.

Según Daniel, “Vivimos en un momento en el mundo del motociclismo, que se encuentra en el límite entre la combustión y la electricidad. Mi concepto Ducati, para aclarar, es una máquina híbrida no sólo en términos de motor sino también en términos de uso”.
Señala que el mundo está cambiando rápidamente pero que muchos usuarios de motos no están preparados para afrontar estos cambios, por lo que la transición no debe abordarse de forma radical. De ahí el versátil concepto híbrido de su tesis, trabajando en el diseño de una motocicleta térmica y eléctrica, como el modelo más adecuado para el cambio.

La Ducati Ghost se basa en un bloque motor bicilíndrico en línea acompasado de otro eléctrico, alimentado por una batería extraíble. Con este diseño conceptual se podría elegir la propulsión a deseo. Utilizando el motor eléctrico en las zonas de bajas emisiones urbanas, para volver al motor de combustión y divertirse con la propulsión del motor de explosión, lejos de la ciudad.
El motor térmico, de disposición longitudinal, también se encarga de la tarea de cargar la batería. Dicha batería, con un diseño de forma cilíndrica, se aloja debajo del motor de gasolina y se puede retirar para ser eventualmente reemplazada en un punto de intercambio, así como para ser recargada.
