Está claro que uno de los grandes problemas que tienen las grandes ciudades es la contaminación, tanto atmosférica debido a los humos y gases que desprenden las industrias, los vehículos y el día a día de la urbe, como sonora y también, por qué no decirlo, lumínica con sobre-iluminación en las horas nocturnas. Si es cierto que la última es más compleja de solucionar, el estudio de diseño Waarmakers, ha presentado su solución al respecto para los dos primeros problemas, el de la contaminación atmosférica y sonora, el Be.e Bioscooter.
Como tantos otros scooters urbanos que día a día vamos conociendo a lo largo y ancho del mundo, cuenta con una gran ventaja y es su escaso consumo de recursos energéticos, en este caso electricidad. Con una batería cargada se pueden recorrer en torno a 60 kilómetros, una distancia que para ciudades de tamaño medio es una medida perfecta. Además, gracias a su motor de 4kW supera los 50 km/h, la velocidad máxima permitida en la mayoría de las ciudades y muy por encima de los cada vez más abundantes tramos de 30 Km/h. Para ello cuenta con una batería de 2.5kWh, que tarda menos de 5 horas en cargarse al máximo.
Sin duda se trata de una manera muy silenciosa, ecológica y práctica de moverse, aunque eso es algo que ofrecen la mayoría de los scooters eléctricos del mercado. Lo que diferencia a este scooter holandés del resto de máquinas de su segmento es el material con el que se ha fabricado gran parte del mismo y que es 100% orgánico, ecológico y reciclable. El cáñamo, el lino y la bio-resina, sustituyen al plástico y en medida a diferentes metales para darle forma y consistencia a un aparato que cuenta con rueda baja y un gran parabrisas, unos elementos que junto a su peculiar estilo dan personalidad al primer scooter de estas características.
