La tensión se palpaba en las dos primeras líneas, con un título por decidir y tres pilotos que no podían cometer errores. Nada más apagarse el semáforo, Eugene Laverty se colocó primero por delante de Sykes, Melandri, Giugliano y Guintoli. Dos vueltas después, el italiano superaba al de Kawasaki sabedor de que él no tenía nada que perder en todo este embrollo.
A medida que se sucedían las vueltas se formaron dos dúos: Laverty-Melandri, Sykes-Guintoli. Tras ellos, Toni Elías intentaba recuperar terreno a pasos agigantados. Por su parte, Xavi Forés colocaba su Ducati en el top ten en dura lucha con la Kawasaki de Aitchinson.
En pleno ecuador de carrera, Melandri alcanzaba al de Aprilia, manteniéndose los puestos en la parte de atrás, con un Sykes conservador que puso en marcha la calculadora mundialista. El italiano no hacía amago de adelantar a Laverty, estudiando sus trazadas agazapado a su espalda como un zorro. El adelantamiento se preveía en las tres últimas vueltas.
Las intentonas de Melandri por superar a Laverty eran contrarrestadas con un aumento de ritmo del irlandés y vuelta a empezar. A dos vueltas del final ya marchaban a 6 segundos de Sykes y Melandri adelantaba al de Aprilia en la frenada de la recta de atrás yéndose algo largo. Cuando todo parecía decidido, Laverty le devolvió la moneda en la mítica curva Lorenzo de la última vuelta, con una pasada por el exterior que sorprendió al italiano.
De este modo, Tom Sykes llegará a la segunda manga como campeón al endosar un margen de 28 puntos a Laverty.
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