A pesar del éxito de Honda, a Lawson se le tiene más por un piloto Yamaha porque, de hecho, prácticamente toda su carrera deportiva la hizo con ellos. Por tanto, es un piloto de la casa aunque corriera para sus rivales y terminase retirándose con Cagiva.
De aquellas 500 se han escrito y se escribirán muchas cosas, pero son pocos los que podrán hacerlo de primera mano. Así que lo más parecido es una cámara on board con la que, gracias a Niccolo Canepa, podremos disfrutar de Mugello.
En la YZR 500 OW81 de 1986 de Lawson a fondo por Mugello
Salir del pitlane con una joya y a la vez una bestia como esta Yamaha que piloto Eddie Lawson en 1986, y que le llevó hasta su segundo título debe hacerte subir las pulsaciones al máximo, pero empezar a exprimirla te lleva a otra dimensión.
Normalmente, las cámaras onboard no hacen justicia con la realidad, pero en este caso podemos ver que el bueno de Niccolò no sólo está disfrutando de un tranquilo paseo, sino que está dando gas con ganas aunque se reserva un poco de motor.
Ver cómo pasa por algunas de las curvas más emblemáticas de Mugello, 37 años después de que lo hiciera Lawson es impresionante. Es, posiblemente, la mejor manera de entender lo que eran aquellas máquinas.
Sin electrónica, dispuestas a catapultarte en cualquier momento, con neumáticos de “madera”, pesando poco más de 100 kg y con unas suspensiones y frenos muy diferentes a los de hoy en día.
Aun así Lawson y todos los pilotos que compitieron con aquellas bestias, las “Widowmaker” con unas protecciones tanto propias como de los circuitos mínimas, eran capaces de ir con todo. Ellos sí que eran unos valientes.
