General
La provincia de Teruel, tristemente desconocida por muchos, no es ajena a la cultura motera. La presencia del circuito de velocidad de Alcañiz, renovado en la actual MotorLand, ha colocado a la región en el calendario de MotoGP con todos los beneficios que ello reporta. Pero además, la extensa provincia maña nos ofrece un buen número de rutas por hacer.
Iniciamos recorrido de la de hoy en Monreal del Campo ubicado en el valle del Jiloca para buscar la comarca del Tambor y del Bómbo, patria de Luis Buñuel y de una bonita tradición en Semana Santa que es el resonar de tambores en toda la región, originario de las luchas con los árabes.
Un vez tomamos el desvío hacia la N-211 en Caminreal del Campo nos topamos con el primero de los muchos puertos de la ruta. Bañón no es demasiado alto pero sí que nos proporciona bonitas panorámicas, en un tramo con frecuentes desniveles y un buen número de curvas con un asfalto de primera.
Los kilómetros se suceden entre pinares y cultivos de árboles frutales, poco queda del clásico paisaje del Bajo Aragón. En Alcorisa contemplamos sus tierras arcillosas y su vegetación mediterránea con olivos y pinares. Realizamos parada en Calanda, detenidos en su Plaza del Pilar o frente al acueducto de Los Arcos disfrutas de esta acogedora población de historia vieja, bendecida con un clima impropio de la provincia pero propio de la comarca. Este, les permite producir melocotones y aceite de oliva, ambos con denominación de origen.
Continuamos hacia Alcañiz, para visitar su Castillo de los Calatravos convertido en Parador Nacional de Turismo, uno de los más recomendables por su emplazamiento en lo alto de la montaña, protagonista principal y por las vistas que desde él tenemos. Procurar tomar algo en su patio interior antes de proseguir con la ruta y continuar visitando la ciudad. La Plaza de España justo al lado de la Iglesia de Santa María la Mayor son otros de los lugares a visitar.
El siguiente tramo hasta la llegada a Tortosa invita a una conducción más deportiva que los anteriores. El Parc Natural Els Ports en su parte norte pone a nuestra disposición una secuencia de curvas a lo largo de Calaceite y Gandesa.
La carretera se sigue retorciendo cuando cruzamos la Sierra de Cardó – el Biox, los cañones del recorrido y el buen asfalto de las carretas hacen de esta parte la más divertida de la ruta. La carretera no se estira hasta Aldover, previo a nuestra visita a Tortosa, capital de la comarca del Bajo Ebro.
Conviene disfrutar en Tortosa de un alto en el camino, por breve que sea para visitar la catedral de Santa María a la orilla del Ebro. Por el contrario el castillo de la Zuda se encuentra en lo alto de la montaña, mirador excepcional para contemplar la ciudad. Proseguimos camino buscando ya el final de la ruta en Amposta y Sant Carles de la Rápita.
Amposta existe desde los tiempos de los íberos. Bendecida por el delta del Ebro fue pieza cotizada por cuantas civilizaciones poblaron la península ibérica. Para nosotros la llave que nos lleva a la carretera que cruza el delta hasta su Parque Natural donde acaba nuestro camino.
En detalle
Pese a los mas de 250 km, la ruta se puede realizar en un sólo día si estiráis la jornada. Disfrutar de sus curvas en el tramo entre Alcañiz y Amposta. Puede resultar interesante para los que os acerquéis a Alcañiz para ver las carreras.
La opción de ir más tranquilos y realizarla en dos etapas para conocer a fondo la región es igual de recomendable. Mucho que ver en la zona de Tortosa y Amposta al igual que en la Comarca del Tambor como para ir con demasiada prisa.
Calificando la ruta
Tramo 1: Monreal del Campo – Alcañiz: Rápidamente entras la amplia N – 211, asfalto en muy buen estado y con arcén. Muy poco tráfico salvo en los fines de semana de carreras. Constantes subidas y bajadas con amplios curvones.
Tramo 2: Alcañiz – Tortosa: Por la N-420 y la C -12. Muchas curvas en este tramo y muy buen asfalto. En la zona de Benifallet la carretera se estrecha un poco y arcén es más pequeño.
Tramo 3: Tortosa – Parque Natural Delta del Ebro: Bastante más tráfico en estas poblaciones. Tener prudencia si os adentráis en el delta porque hay tramos con el asfalto más sucio, disfrutar de la ruta y soltar el gas.
¿Qué ver?
Comarca del Tambor y el Bombo
Si podéis realizar la ruta en Semana Santa no dudéis en hacerlo. Es una celebración diferente y llamativa, merece la pena. Los campos de Calanda, MotorLand y el Parador de Alcañiz son lugares de visita obligada.
Tortosa
Siento predilección por Tortosa dentro de los pueblos cercanos al Delta del Ebro. Medieval desde la catedral hasta el castillo, su centro histórico te transporta a otros tiempos.
Delta del Ebro
Universo de marismas hasta donde alcanza la vista, conforma un paisaje muy particular. No es tan impactante como otros lugares donde la naturaleza es protagonista pero al igual que la Albufera en Valencia, rebosa calma y tranquilidad.
El descanso del motero
Dónde dormir
No hay una extensa oferta hotelera fuera de las principales ciudades por donde transcurre la ruta pero es mucho más abundante a nivel de campings y casas rurales.
No os faltará alojamiento en Alcañiz siempre que no sea un fin de semana de carreras, recordad que Alcañiz tiene CEV, SBK y MotoGP. Aunque el camping del circuito siempre es el mejor sitio para estar esos fines de semana. A nosotros fue el camping de Alfaques nuestro alojamiento en la ruta, las vistas del Mediterráneo son para recordar.
Dónde comer
Melocotones en Calanda y chorizo de Alcañiz, materia obligada en los terrenos de Aragón. Ya más cerca del Mediterráneo, la conjunción de la pesca y de los arrozales nos dejan una gama de platos donde lo más difícil es decantarse por uno. Ya me diréis cuál es vuestra elección y permitirme compartir con vosotros la mía.
Triumph Tiger 1050
Reconocido seguidor de la familia Tiger, es esta 1050 la favorita de este rutero. No es que sea mejor ni peor que sus hermanas, pero su marcado carácter deportivo es que resulta más de mi agrado. Desde el primer momento siempre me pareció una Speed Triple “camuflada”. El motor que comparte con su hermana la naked sport, su equipo radial al completo para los frenos y la horquilla regulable en 3 vías dan buenas pistas de las virtudes de esta inglesa.
Su comportamiento en ruta es impecable, además de la adrenalina que transmite es confortable, protege bien el aire y tiene amplia capacidad de carga. Este 2013 ha sufrido un rediseño con el apellido Sport, heredando el basculante monobrazo de la 1050, afila sus carenados y suma 10 CV más a su motor. Estoy deseando probarla y os recomiendo que hagáis lo mismo.
