Ingerir bebidas alcohólicas y conducir no solamente es que esté prohibido, es que se trata de un gesto egoísta donde uno pone en juego no su seguridad (que es lo de menos en este caso), sino la del resto de los usuarios. Dejando de lado la polémica sobre los límites de alcohol, porque hay quien considera que el único índice de alcohol en sangre debería ser 0,0 gramos, no cabe duda de que a partir de los límites legales se pierden reflejos y aumenta el riesgo.
Cuando uno dispone de su propio vehículo, está exponiéndose no sólo a las multas sino a los accidentes que pueden derivarse por su falta de pericia. Es más, en caso de verse envuelto en un accidente aunque no sea por culpa de uno, cada vez es más habitual que los cuerpos de seguridad sean quienes pidan una prueba de alcoholemia. Pero al ser nuestro propio vehículo el problema lo afrontaremos nosotros. Sin embargo si, de por medio, hay una empresa que alquila el vehículo las complicaciones aumentan.
Quizás ese sea el motivo que ha llevado a diferentes empresas de alquiler de patinetes eléctricos, a implementar sistemas para comprobar el estado de cognición y las capacidades del usuario antes de subirse a él. Para poder desbloquear el vehículo y poder usarlo, ya se están empleando soluciones que confirman que se está en condiciones de hacer frente a la circulación. Como hacer un test de alcoholemia no es viable ni sencillo en vehículos de alquiler (recordemos que hay sistemas de bloqueo con un test de alcohol en aire, que son capaces de bloquear vehículos privados), se están desarrollando interesantes alternativas para comprobar que no se está bajo los efectos de drogas legales o ilegales.
Así pues, estos sistemas cuentan con diferentes test que debe superar el usuario antes de poder desbloquear el patinete, y en caso de no responder con la rapidez o precisión necesaria el vehículo de movilidad personal no se desbloquea. Esto nos ha llevado a preguntarnos si no veremos pronto sistemas de este estilo en el caso de los scooters de alquiler. Bien es cierto que, por norma general, la gente es bastante más respetuosa con un vehículo como un coche o una moto que con un patinete, que muchos ven como un juguete a pesar de los múltiples y graves accidentes que ocurren frecuentemente.
En realidad, este tipo de iniciativas abre un gran abanico de posibilidades para evitar que los usuarios no conduzcan si no están en condiciones para hacerlo. Además, con las tecnologías actuales tampoco sería de extrañar que se pudiera ir todavía más lejos e implantar este tipo de pruebas en los vehículos privados en los próximos años. No hay que pasar por alto que el 48,7% de los fallecidos en carretera en 2020 habían consumido alcohol o drogas, lo que supone casi 300 fallecidos en esas circunstancias ya que el total fueron 597. No es menos llamativo que, lamentablemente, nos enfrentamos a una tendencia al alza en los últimos años, ya que el número de conductores que han fallecido en accidente de tráfico tras consumir alcohol, drogas o psicofármacos se ha incrementado en un 6,2% en la última década.
