Los principales fabricantes del mundo tienen sus propios museos, y Harley-Davisdson no es menos. El Museo de Harley-Davidson está, como no podía ser de otra manera, entre los mejores de todos ellos. Al fin y al cabo es uno de los fabricantes más longevos, tiene historia para no parar de escribir libros, y piezas dignas de ser expuestas.
Es por eso que el Museo de Harley-Davidson es una pasada que deja alucinado a todo el que lo visita. Además del museo, que está a la orilla del río Menomoee, está el campus de 8 hectáreas en el que encontramos su restaurante MOTOR Bar & Restaurant, se llevan a cabo conciertos, exhibiciones, conciertos, hay una tienda de regalos… Pero lo más espectacular puede que esté puertas a dentro.
Y esa es la suerte que han tenido los compañeros de Ride Apart, que han podido colarse en la zona que está cerrada al público. Lo que podríamos clasificar como “la biblioteca” del Museo de Harley-Davidson, donde hay una zona a la que llaman “la bóveda” y en la que hay estanterías llenas de motos.
Hay tantas motos en el Museo de Harley-Davidson que usan archivadores para guardarlas…
Ya de por sí un museo lleno de motos, como podría ser el de Motos Made in Spain que tenemos en Alcalá de Henares, te deja atónito con la cantidad de piezas que puedes ver y las que te cuentan que hay en depósito. Pero ver estanterías como las que se utilizan en los archivos para las motos es llevarlo al siguiente nivel.
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Y es que sí, la bóveda del Museo de Harley-Davidson cuenta con tal cantidad de motos que para optimizar el espacio, en lugar de estanterías normales son, literalmente, archivos a escala en los que dentro no hay ni libros ni documentos, sino motos y más motos.
Un sistema alucinante que, si te acercas por Milwaukee y tienes suerte, lo mismo puedes ver, aunque mientras puedes recrearte visitando el museo on-line y desde casa en este enlace.