Tengo que reconocer que si hace unos 15 años me hubieran dicho que a mi yo del futuro le apasionarían las monturas de Moto Guzzi, posiblemente me hubiera echado a reír. Pero como todo en esta vida, incluidos nuestros gustos, suelen ir cambiando y a día de hoy, si tuviera que hacerme con una nueva moto, que no “una moto nueva”, la V11 Le Mans estaría entre las candidatas con más posibilidades de dormir en mi garaje. Como bien la definía MCN en su momento: «si desea un peso pesado italiano de la vieja escuela con componentes, acabados y estilo del siglo XXI, no busque más allá de la Moto Guzzi V11».
Todo este rollo de «abuelo cebolleta» viene a raíz de la preciosa unidad que ha estado en venta en la página de Iconic Motorbikes en las últimas horas, y que curiosamente muy pocas personas han hecho el amago de intentar llevársela a casa. Supongo que una moto así de especial es para alguien que sepa valorar lo que realmente debe de transmitir un cacharro con dos ruedas y de esto, la gente de Moto Guzzi sabe bastante.
Centrándonos en el modelo en cuestión, la V11 es la sucesora espiritual de la icónica 850 Le Mans presentada en el EICMA de 1975, o al menos la marca intentó en todo momento mantener la esencia del modelo originario. Todo esto hay que ponerlo en perspectiva teniendo en cuenta que, en el tiempo en que Moto Guzzi lanza al mercado el modelo, año 2001, ya estaba bajo la batuta de Aprilia tras su quiebra un año antes.
De todos modos, la marca nunca renunció a su seña de identidad, el portentoso V-Twin a 90º de 1.064 cc refrigerado por aire y 4 válvulas en culata. La compresión se cifraba en 9,5:1, y el propulsor quedaba alimentado por un nuevo sistema de inyección Magnetic Marelli IAW. La potencia se mandaba a la rueda posterior mediante un cambio de seis relaciones empleando una transmisión por cardán, logrando desarrollar finalmente 91 CV de 7.800 rpm y un par máximo de 93 Nm a 6.000 rpm.
Evidentemente, el nuevo modelo de la marca italiana no buscaba medirse con las más fuertes del lugar, llámense CBR900 o Yamaha R1 por ejemplo. Para eso Aprilia había desarrollado a la RSV1000. De este modo, la V11 Le Mans quedaba a medio camino entre una café racer y una sport-turismo, pero con ese encanto y personalidad que atesoran las motos de Mandello del Lario y por supuesto, armada hasta los dientes en cuanto a su parte ciclo, como no podía ser menos en cualquier italiana que se precie.
Para ello los técnicos transalpinos usaron un equipo de suspensiones compuesto por una horquilla invertida Marzocchi con barras de 40 mm en su frontal, y un monoamortiguador WP en su tren posterior dentro de un sistema de tipo Cantilever. Brembo se sumaba a la fiesta en el apartado de la frenada con sendos discos de 320 mm de diámetro delante y pinzas de cuatro pistones, mientras que en la zaga un solo disco de 282 mm era accionado por una pinza de doble pistón anclado en la rueda trasera. Todo quedaba bien sujeto a un chasis de tipo espina central, donde destacan las placas mecanizadas laterales fabricadas en aluminio que en esta unidad vienen en color plata, mientras que en las primeras series eran de un precioso rojo anodizado.
Este ejemplar que nos ocupa, está matriculado en el año 2003 y es parte de la última serie que se comercializó hasta la temporada 2006. La unidad en cuestión está ensamblada sobre el número de bastidor ZGUKS00001M211885 y actualmente está a la venta en un concesionario de Bélgica. En su odómetro se refleja la cifra total de 59.083 kilómetros y según el vendedor, fue revisada por completo en el mes de agosto pasado. Tiene algunas manchas cosméticas en determinados puntos de la carrocería, desperfecto que no repercute para que siga siendo realmente irresistible. La puja ya terminó, sin alcanzar el precio mínimo de reserva. Pero si queréis echarle un ojo a esas curvas, podéis hacerlo pinchando en este enlace.
