Este engendro mecánico que podéis apreciar en estas imágenes, es la moto-tractor casera que se ha ingeniado el Youtuber Kenny Paton de Paton Machines. Un trasto que, a decir verdad, impone solo con mirarlo desde abajo. No queremos ni pensar cómo debe de ser ponerse a los mandos y lanzarse a la aventura. Quizás deba de ser bastante buena labrando los campos colindantes a la ubicación del propio Paton.
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Moto-tractor casera no apta para blandengues
Quizás esta sería la mejor expresión que definiría a este cacharro del demonio, tal y como sentenciaría el legendario “Fary” de tenerla ante sus narices. Porque no nos engañemos, hay que echarle algo más que valor para ponerse a los mandos de semejante engendro. De hecho, ni siquiera su propio creador se ha atrevido aún a sacarla a pasear.
Tal y como él mismo explica: “Se me ocurrió esta idea estúpida y comencé a construir este monstruo de máquina hace dos años. “PennyFarming” (Asi la llamas él) es una prueba de concepto liviana para poder ver si funcionaría. Ahora estoy reforzando y reconstruyendo partes para que esté listo para una prueba de manejo. Hoy estoy trabajando en reforzar la transmisión y probar el motor.”
Sin duda, su rueda delantera es el elemento que más destaca del conjunto, que como bien argumentan los compañeros de Ride Apart, nos recuerda a algún vehículo militar antiguo. Incluso las formas generales de esta moto-tractor se asemejan a las de aquellas bicicletas del siglo XIX con rueda alta en el frontal.
Para la construcción, Kenny ha empleado todo aquello que se ha ido encontrando por su granero particular: desde piezas procedentes de vehículos agrícolas, hasta pedazos de chatarra varios con los que ir conformando las formas de esta moto-tractor. Luego montó el sistema de transmisión y según sus cálculos, su invento podría alcanzar una velocidad máxima de 24 km/h, dada la relación del mismo.
Llegados a este punto, y viendo el ensamblamiento de todas las piezas, cabría preguntarse si alguien tendrá el valor de pilotar esta moto-tractor gas a fondo. Porque, aunque poco más de veinte kilometro por hora nos parezca una cifra irrisoria, hay que poner en contexto dicha cifra y sobre el chisme metálico en el que vamos a intentar alcanzarla…
¿Algún voluntario? Seguro que a Paton le encantaría contar con un piloto de pruebas.