Brixton lleva cuatro años en el mercado, una nueva marca integrada en el macrogrupo austriaco KSR, propietaria también de firmas históricas como Malaguti o Lambretta, además de las propias KSR. Especialistas en la distribución de motos desde hace 20 años, gestionan su flota desde los cuarteles generales de Krems an der Donau (Austria, a 1 hora de Viena), con fabricación asiática y departamento de diseño, controles de calidad e I+D europeos. A España llegó en 2018, con oficinas enclavadas en Barcelona.
El catálogo Brixton 2020 está compuesto por 12 modelos (ocho de 125 cc, dos de 250 cc y dos de 500 cc) con aureola vintage pero estilos diferentes (cafe racer, scrambler, TT, monkey, etc). De todas ellas, las Crossfire 500 (5.999 €) y Crossfire 500 X (6.299 €) se desmarcan claramente del resto por ser las únicas bicilíndricas (48 CV) de la marca. La apuesta por el segmento retro medio para carnet A2 está poco explotado todavía y sólo podemos encontrar a las Benelli Leoncino/Leoncino Trail, las Husqvarna Vitpilen/Svartpilen 401 y la Ducati Scrambler Sixty2 como rivales directas.
Además de la pareja Crossfire 500 también cabe destacar la llegada de las Brixton Crossfire 125 XS (1.999 €), Felsberg 125 XC (2.899 €) y Rayburn 125 (2.999 €). La primera es una mini-bike al estilo de las Honda MXS 125 y Monkey, una moto fun de 11 CV tan atrevida como divertida. La Felsberg 125 XC es la tercera versión de la familia más off road, una moto que replica las señas de identidad de las motos todo terreno de los años ’70. La combinación de cromo y negro mate con escape elevado y manillar reforzado nos retrotraen a las antiguas monturas ISDT. Por último, la Rayburn 125 es una bobber classic de acertado diseño, con muchos accesorios y personalidad a raudales. La cartera de cuero da el toque final.
