Lo vintage está más de moda que nunca. Eso es algo que podemos ver a diario en los diseños de las nuevas monturas de la mayoría de marcas del planeta, donde lo retro forma parte de la imagen de infinidad de modelos. Variantes scrambler, custom o café racer están a la orden del día. Además y de vez en cuando nos encontramos con preparaciones tan especiales, que hemos conocido por medio de Young-Machine. Nos llega desde un concesionario japonés de Harley-Davidson situado en la ciudad de Shizuoka, donde empleando una unidad de FLS Softail Slim 2012, han creado una versión muy especial sobre el diseño de las Harley que batallaron en la Segunda Guerra Mundial junto al ejército yanqui.
El diseño es una combinación sencilla y robusta, dejando patente los orígenes del mismo. Pero una cosa es su imagen y otra bien distinta la tecnología que emplea. Si en el primer aspecto han ido hacia atrás, en lo mecánico y tecnológico han hecho justamente lo contrario, sustituyendo el propulsor original de 1.801 cc por otro tipo Screamin Eagle de 117” mayor. Ahora son 1.923 cc los que laten en el interior de esta máquina tan especial.
Volviendo a la estética de esta HD WLA FLSS, es el color “Olive Gold Denim”, tan característico de la marca, el empleado en su decoración. A esta atmósfera retro se le han unido elementos como un parabrisas delantero de lona Asahi típico de la época, así como unas llantas radiales pintadas en negro satinado o un asiento típico de las WLA de los 40. Una sola alforja lateral o la estrella del ejército estadounidense pintada en color blanco en el depósito, son también parte de esta caracterización.
A nivel mecánico, además del portentoso bloque, se han incluido otros componentes para mejorar el tacto a bajas rpm, confiriéndole ese funcionamiento tan característico del modelo en épocas pasadas. Un conjunto de silenciosos Bells Performance, sistema de inyección mejorado con un kit Vance & Hines o un filtro de aire de mayor caudal S&S, ayudan a transmitir esas sensaciones de antaño que desprendían las motos de Milwaukee.
En definitiva una motocicleta que derrocha personalidad por los cuatro costados, pero que a su vez ha sido mejorada con lo mejor de la marca y componentes externos «pata negra», para estar a la altura de lo esperado en pleno siglo XXI, sin perder ni un ápice de ese aura tan característico en todas las monturas de la firma.