Honda ya desveló en 2021 la estrategia de reducir a cero los accidentes de tráfico de sus motocicletas y automóviles en 2050. Ahora, al acabar el año, los asiáticos se reafirman rotundamente en este reto, que no solo se quiere aplicar a los nuevos modelos, sino a cualquier motocicleta o automóvil de su fábrica en el mercado. Este objetivo de un mundo sin accidentes también es compartido por otros fabricantes del sector.
Pero seguro que te preguntarás cómo serán capaces de hacerlo. El secreto radica sobre todo en la IA. Gracias a la inteligencia artificial (IA) y los avances en telecomunicaciones, esperan dar sentido a su lema “Seguridad para todos”. En Honda esta tecnología tiene un nombre, Sensing 360. Un eficiente sistema basado en distintas tecnologías de asistencia a la conducción. Además, Sensing 360 también mantendrá protegidos a los peatones y al resto de los usuarios de la vía.

Esta tecnología de Honda, a su vez, se basa en eficientes sistemas de asistencia a la conducción. Tales como el control de crucero adaptativo con función de seguimiento a baja velocidad, avisador de ángulo muerto y sistema de mantenimiento de carril. Sin olvidarnos de las luces de carretera automáticas, el sistema de alerta de tráfico cruzado, limitador de velocidad inteligente o la alerta de reinicio de la marcha. Para 2030, todos los automóviles Honda deberán disponer de este conjunto de tecnologías avanzadas.
En el caso de las motocicletas, contarán con el avanzado sistema de frenado y luces de carretera automáticas. Gracias a esta tecnología de asistencia y seguridad, las motos Honda proporcionarán una mejor visibilidad a los conductores, haciéndolos más visibles.

En los coches y según Honda, su tecnología de asistencia al conductor es capaz de eliminar los errores humanos más comunes en la conducción. Este sistema se basa en el estudio del comportamiento del conductor al volante por medio de un examen IRMf (Imagen por Resonancia Magnética funcional). Por otro lado, Honda implementará su tecnología inteligente de asistencia al conductor, basada en sensores de los Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción (ADAS). Este sistema reconoce los riesgos potenciales en el entorno del vehículo, lo que permite a la inteligencia artificial detectar los posibles riesgos en la conducción.
Pero sin su último pilar, este plan quedaría completamente cojo. Hace falta conseguir una «sociedad de seguridad cooperativa» donde las tecnologías de telecomunicaciones permitan que todos los que comparten la carretera estén conectados y coexistan. Gracias a las cámaras en la carretera, las instaladas a bordo y los teléfonos móviles, el sistema predecirá los comportamientos de los usuarios con alto riesgo de colisión, creando una alerta común que servirá de protocolo de actuación. La alerta la recibirán los conductores de automóviles, de motocicletas y hasta los peatones. ¿Cómo? Pues, mediante la interfaz hombre-máquina (HMI).
El sistema advertirá a los conductores para tomar medidas y prevenir un posible choque. Aunque esta tecnología no se implementará hasta 2030, su desarrollo ya lleva tiempo en marcha y los procesos de verificación de su efectividad están muy avanzados.
