Sobre el asunto se han escrito ríos de tinta. Valentino Rossi ni confirma ni desmiente (en algunos casos sí lo ha hecho) pero lo que parece irrefutable es el fondo de las declaraciones del máximo responsable de Ferrari, su presidente Luca Cordero di Montezemolo, que no oculta su intención de hacerse con los servicios del nueve veces campeón del mundo de motociclismo.
Según las últimas noticias que circulan en las webs italianas del motor, al presidente de la firma del cavallino rampante se le ha metido en la cabeza sentar al volante de los coches rojos a Valentino. Tarde o temprano esto podría ocurrir, aunque para ello se deberían dar dos condiciones primordiales:
La primera es que Valentino Rossi quiera. Según parece el piloto del Fiat Yamaha no estaría dispuesto a abandonar el Mundial de Motociclismo sin antes haber superado la marca de Giacomo Agostini de 122 victorias en Grandes Premios. Para igualarlo Valentino necesitaría vencer en 18 Grandes Premios más (ahora lleva 104 victorias), por lo que necesitaría al menos 2 temporadas para lograrlo, la actual y 2011.
La segunda pasa por un cambio de la reglamentación en el Mundial de F1. Según Montezemolo si la FIA permitiese para 2011 la participación de tres coches en lugar de los dos actuales por equipo, Valentino Rossi podría ser piloto rojo. Al parecer desde Ferrari no quieren o no pueden prescindir de ninguno de sus dos pilotos actuales (Massa y Alonso) por lo que la única solución, si es que Rossi cediese a la primera condición antes mencionada, seria inscribir tres vehículos en el campeonato.
En plena campaña del Mundial de Motociclismo no sería de extrañar que estos rumores, al igual que ha sucedido con la nube de cenizas del volcán de Islandia, se evaporasen en la atmósfera en breve plazo de tiempo. Pero el volcán seguirá latente, al igual que el deseo de Rossi y Ferrari de “explotar” juntos en la F1 en un futuro no muy lejano.
