Desde la Fundación Comisariado Europeo del Automóvil han querido mostrar su descontento hacia la marginación con la que se está encontrando la conservación de las carreteras españolas durante los último años. El aumento del 4,5 por ciento que se prevé en los presupuestos del Ministerio de Fomento para 2016 no es suficiente, y es que los 2.007 millones de euros destinados a esta partida se utilizan en su mayoría en la construcción en vez del mantenimiento de la vía.
Esta falta de inversión en las carreteras españolas lo pagan, en su mayoría, los conductores, y es que circular por una carretera en mal estado provoca todo tipo de accidentes de tráfico. Una pintura desgastada, una mala iluminación, un asfalto deteriorado, una señal que no se ve o que produce confusión aumentan la probabilidad de que el conductor cometa un error sin ser el culpable de ello, y la falta de buena información le impide tomar las decisiones correctas.
Además, este mal estado también provoca un mayor gasto de combustible y desgaste de neumáticos entre otros problemas mecánicos para los vehículos. Todos estos gastos suponen un sobrecoste anual para los conductores españoles de cerca de 2.000 millones de euros.
Fernando González Iturbe, director de la Fundación CEA ha querido resaltar el papel de las administraciones en la conservación de las carreteras, tal y como indica el artículo 57 la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. Si se produjera este mantenimiento de la red viaria, la vida útil de la carretera se alargaría entre 20 y 30 años más, lo que supone un ahorro del 70 por ciento, puesto que se evitaría construir de cero en muchas ocasiones.
