La DGT está preparando la instalación de cámaras de Stop para intentar que los usuarios de la vía cumplan esta señal. Aunque ya han pasado casi 25 años, recuerdo perfectamente como en la autoescuela me explicaron el Stop.
Castellanizando la señal originaria del mundo anglosajón y que literalmente significa “detener”, la recordaban con un acrónimo: “Siempre Tengo Obligación de Parar”. Como bien sabes eso no sucede siempre y de ahí la medida.
Lo cierto es que las carreteras en los últimos años parecen una selva. La llegada de los smartphone y la nula empatía de quienes circulan, hacen que las situaciones de peligro se repitan y los Stop son uno de los lugares donde se concentran los accidentes.

De hecho la DGT tiene registrados que en 2021 (último año del que tenemos datos), 1.093 conductores estuvieron implicados en accidentes con víctimas por no haber respetado un Stop.
Es por eso que la implantación de cámaras de Stop ya ha comenzado a modo de prueba en puntos sin identificar. Se trata no de un radar, sino de una cámara de vídeo calibrada que detecta la total detención del vehículo.
Si te graban las cámaras de Stop tienes un problema…
El sistema graba permanentemente los vehículos que se acercan al cruce y envía al Centro de Tratamiento de Denuncias automáticas las imagenes de quienes no lo hayan respetado. Una vez “cazado” la multa por saltarse el Stop es de 200 euros y 4 puntos.
El proyecto de la DGT pasa por ir extendiendo el sistema de cámaras a los puntos más peligrosos de la red. Eso sí, quizás pasen por alto que algunos de esos puntos son realmente peligrosos por falta de visibilidad.

En cualquier caso nunca está de más recordar que el Stop no es algo voluntario, que siempre hay que pararse porque en su momento se dictaminó que ese cruce o incorporación así lo requería por su peligrosidad.
Tampoco hay que olvidar que, habitualmente, cuando nos acercamos a un cruce donde hay un Stop para el resto de usuarios, este está señalizado como cruce peligroso y la velocidad máxima permitida se reduce. Si todos ponemos de nuestra parte, los Stop serán menos peligrosos y la DGT recaudará menos en multas. Un “win-win” en toda regla.