Cuando en los años 70 se empezaron a construir autopistas, el Gobierno concedió su explotación comercial (a cambio del mantenimiento) a empresas privadas. Esas «concesiones» han empezado a caducar y el actual ejecutivo decidió no renovar los contratos sino asumir el coste y que podamos circular por ellas gratuitamente, aunque hay debate sobre si al final acabaremos pagando algunos minipeajes como en Portugal.
En 2020 como decíamos ya pasaron a ser gratuitas algunas autopistas como la de Sevilla a Cádiz o la de Tarragona a Alicante, y antes de ellas lo fue la AP1 de Burgos. Este año 2021 caducan varias de esas concesiones el 31 de agosto: la AP7 entre Zaragoza y el eje mediterráneo, la AP2 de Tarragona a La Jonquera (frontera con Francia) y lo que quedaba de la AP7 norte (entre Montmeló y El Papiol). Por otra parte en esa fecha la C-32 (entre Barcelona y Lloret de Mar) y C-33 (Barcelona a Montmeló) pasarán a ser de la Generalitat y en teoría también liberalizados de peaje, como las que han pasado al Ministerio de Fomento.
Suman 640 kilómetros nuevos de autopista liberada, que se suman a los 467 kilómetros ya liberados, cuyo mantenimiento deberá asumir el Gobierno con un previsible aumento del tráfico por esas vías al ser gratuitas.
